Tiger Woods empieza a recuperar tras largos meses la confianza en su juego, y eso se traduce en resultados. El mejor, volver a liderar un torneo, y eso es lo que está ocurriendo en el Open de Australia, donde el californiano ex número uno del mundo se ha alzado con el liderato tras la disputa de 36 hoyos.

El Extraterrestre, ahora más humano que antaño, controlando los golpes largo y muy seguro con el putter, se encaramó a lo más alto de la clasificación gracias a un vuelta de 67 golpes, 5 bajo par, lo que le dio una ventaja de un golpe sobre sus más fieros perseguidores.

Si logra mantenerse en cabeza, Tiger encarará la ronda final del torneo como líder, algo que no ocurría desde el Chevron World Challenge del año pasado. Su última victoria se remonta a noviembre de 2009 en Australia, y hace tres años que no gana un major.

"Realmente he jugado bien", dijo Woods. "A pesar de haber hecho 5 bajo par, creo que podrían haber sido 8 o 9", añadió.

Tiger acumulaba tras la segunda jornada un total de 9 bajo par, 135 golpes, uno menos que un nombre muy conocido por aquellos lares australianos, y por el propio Woods: Peter O'Malley. Este jugador es socio del club anfitrión del torneo, The Lakes, y realizó birdies en sus últimos dos hoyos, para firmar una tarjeta de 66. O'Malley está en la memoria de muchos aficionados norteamericanos como el jugador que venció a Woods en la primera ronda del World Golf Championships-Accenture Match Play Championship en La Costa en 2002.