El presidente de la Real Federación Andaluza de Golf, Ángel de la Riva, ha sido nombrado Socio de Honor del Real Club de Campo de Málaga (RCCM). El nombramiento fue aprobado por por la Asamblea Genera Extraordinaria de Socios a propuesta de la Junta Directiva del club “en atención a su larga, fecunda e incomparable trayectoria, como jugador y como directivo, en el mundo del golf andaluz y español”. El pasado 28 de enero, durante la cena de clausura y entrega de premios de la LXXII Copa Iberia, el presidente del RCCM, Ángel Muñoz Enríquez de la Orden, después de hacer una larg enumeración de los triunfos y méritos de Ángel de la Riva, le hizo entrega de una placa conmemorativa como Socio de Honor del RCCM. Al acto asistieron el vicepresidente de la Diputación Provincial de Málaga, Francisco Javier Oblaré Torres, el copresidente d Cajamar, Luis de la Maza Garrido, el presidente del Club de Gol Guadalhorce, Javier Alonso Martínez, familiares de Ángel d la Riva, la Junta Directiva del RCCM, miembros de los distinto equipos participantes de la Copa Iberia y numerosos socios del RCCM.

Hablar de Ángel de la Riva es hablar del golf andaluz y de una de las personas que más ha luchado y hecho por este deporte en el sur de España. Este malagueño de fino semblante y espigada figura, que recuerda a la del ingenioso hidalgo Don Quijote, vino al mundo en 1939 y ha estado ligado a la Federación Andaluza de Golf –ahora Real– desde hace cuarenta años. Amante de la música clásica, enamorado de la ópera, Ángel de la Riva es un apasionado también de su tierra, que sólo abandonó durante unos años para estudiar, primero en Madrid y luego en Suiza, donde cursó estudios de Arquitectura. En 1960 fallecía su hermano Francisco y la vida de Ángel dio un giro radical. En 1962 regresó a Málaga y empezó a trabajar en los negocios familiares, casi todos de índole agrícola. Al año siguiente se casó. Tiene dos hijas y un hijo, a los que trató de inocular el virus del golf, aunque sin demasiado éxito. Saben jugar, pero reconoce que son sus yernos los que están más subyugados por este deporte.

Su relación con el golf empezó en 1952. Tenía 12 años. Y lo hizo en el entonces llamado Club de Campo de Málaga (hoy Parador Málaga del Golf). “Veníamos a jugar mi primo Pepe, Pedro Casado y yo acompañando a nuestros padres”, rememora Ángel. Su padre tiraba a pichón en un club enclavado junto al campo de golf, y los de sus amigos jugaban al golf. Había una escuela de caddies y a los tres amigos les dio clases el profesor del club, que se llamaba Julio Casaña, y ahí empezó su vida golfística. Cuando se fue a la capital de España a estudiar, Ángel jugaba en el Club de Campo de Madrid. Luego, durante su estancia en Suiza, no pudo practicar ni un mísero golpe. Cuando regresó, en el 62, volvió a conectar con el golf y le nombraron vicesecretario del Club de Campo de Málaga, donde el Marqués de Nájera era presidente. Su tío Francisco Gómez Raggio era el secretario. En el 63 fue nombrado presidente del Comité de Competición de ese club, y luego ejerció esa misma función también en el malagueño El Candado, que nacía en 1966.

A finales del 68 lo eligieron presidente de la Federación Andaluza Oriental de Golf. En aquellos tiempos, cuando una zona o delegación tenía un mínimo de cuatro campos de 18 hoyos constituía una federación. En el 68 existían Guadalmina, Club de Campo de Málaga, Sotogrande y Atalaya. Se reunieron los representantes de los campos con Ángel Nájera, que era el delegado provincial de Andalucía Oriental, y lo nombraron primer presidente de la Federación de Andalucía Oriental. Pero por su elevada edad no estaba en condiciones de desempeñar el cargo, y entonces nombraron a De la Riva. Fue presidente hasta el 88, año en el que abandona la Federación para crear un club de golf, que era su sueño. Se consiguió tener el Guadalhorce y cuando ya llevaba ocho años en su presidencia, la dejó para volver a presentarse a la presidencia de la Federación, en 1996. En el 79, cuando era presidente, se unieron las dos Federaciones de Andalucía, la oriental y la occidental. Estuvo ocho años de presidente Rafael Burgos. Ángel volvió en el 96, y hasta ahora.