Acaba de decir que no a un cheque de 3,25 millones de dólares (casi 3 millones de euros) a cambio de participar en un torneo en Arabia Saudi. Claro que el protagonista no es un golfista cualquiera, sino el mismísimo Tiger Woods.
El ex número uno del mundo no ha dado explicaciones del porqué de su rechazo a tan suculenta oferta para disputar el Saudi International, que empezará el 31 de enero, aunque la rumorología apunta a qué su negativa podría derivarse de la mala imagen del país árabe desde que se conociera el asesinato del periodista Jamal Khashoggi en la embajada de Arabia Saudí en Turquía.
Aunque pueda parecer desorbitada la cifra que le han ofrecido, lo cierto es que el californiano ya ha cobrado en varias ocasiones esa tarifa por participar, conocida en inglés como appearance fee, en diversos torneos, especialmente en los Emiratos Árabes Unidos e incluso en China.
Pero también es verdad que en alguna ocasión los países del Golfo Pérsico no quisieron desembolsar tanto dinero por poder contar con la presencia del californiano. Ocurrió por ejemplo a principios de 2013 cuando Tiger pidió tres millones de dólares por jugar el Commercial Bank Qatar Masters. El entonces presidente de la Asociación de Golf de Qatar dijo en rueda de prensa que no merecía la pena pagar ese dinero por Woods para que disputase un torneo que repartía 2,5 millones de dólares en premios.
También es cierto que en aquella época Tiger no estaba en su mejor momento y arrastraba serios problemas tanto dentro como fuera del campo.
Por aquella época, Rory McIlroy había doblado su appearance fee y pedía dos millones de dólares. El Australian Open estaba dispuesto a pagarle un millón justo antes de que el norirlandés aumentase al doble su tarifa, ante lo que los organizadores retiraron su oferta.