Era difícil imaginar el brillante destino de Jon Rahm cuando con 17 años, hace siete, llegaba a Arizona sin apenas hablar inglés y con la promesa hecha a sus padres de que al menos aguantaría un año en la universidad. Ese tiempo, en el peor de los casos, le serviría para aprender el idioma antes de regresar a casa.
Ahora, en el Open de Phoenix, la capital del estado de Arizona, sus recuerdos de aquellos primeros momentos en suelo estadounidense son más vívidos que nunca.
“El curso ya había comenzado y yo no sabía qué esperar: mi mente estaba en blanco”, rememoraba Rahm tras el proam de ayer.
Pero lo que le esperaba al de Barrika era algo muy grande. Rahm se concentró en aprender inglés, a lo que le ayudó escuchar música rap, según ha dicho en varias ocasiones, y deslumbró con su juego al entrenador de la universidad, Tim Mickelson, hermano del famoso Phil.
El primer año pasó, al igual que los otros tres hasta que finalizó sus estudios de Comunicación. Su balance deportivo: once victorias en torneos universitarios.
Tim Mickelson supo desde el principio que tenía ante él a un jugador que iba a dar mucho que hablar en el mundo del golf. “Su actitud era algo así como luchar o volar (de regreso a casa)”, dice su otrora entrenador, que ahora ejerce de caddie de su famoso hermano, quien por cierto esta semana juega por trigésima vez el Open de Arizona.
Rahm, con seis victorias en sus primeros dos años completos como profesional, y habiendo finalizado en el top 10 en sus tres últimos torneos, parte como favorito en la cita del US PGA Tour que se inicia hoy.
El año pasado salió el domingo en el último grupo, pero sus 72 golpes, siete más que la víspera, le relegaron finalmente a la undécima plaza. Gary Woodland ganó el torneo y los 1,2 millones de dólares del primer premio.
El jugador vasco comparte hoy partido con Bubba Watson y Xander Schauffele.