Decir que Ernie Els es un icono del golf es constatar lo evidente. Desde el momento en que irrumpió en la escena internacional ganando el U.S. Open de 1994 en Oakmont Country Club hasta el día de hoy, el carismático jugador sudafricano se ha mantenido siempre presente en la parte alta de las clasificaciones de los torneos en todo el mundo.

No sólo se ha forjado una reputación de tener uno de los swing más suaves, ganando cuatro majos, un récord de siete títulos del World Matchplay y 70 victorias internacionales, Els también ha creado su propio imperio, convirtiéndose en un jugador importante tanto en empresas vitivinícolas como de diseño de campos de golf.

Tuvimos la oportunidad de hablar con The Big Easy (conocido por este apodo por su corpulencia –mide 1,91– y la suavidad de su swing) durante la presenación de su primera creación golfística en el sudeste asiático: The Els Club Teluk Datai, situado en la paradisíaca isla de Langkawi, en Malasia. Relajado como es habitual en él, Ernie estaba de muy buen humor como anfitrión de más de 200 dignatarios y medios de comunicación de todo el mundo, que jugaron nueve hoyos en compañía de la reina de Malasia, Raja Permaisuri Agong Tuanku Hajjah Haminah.

–Sentados aquí en lo que sólo puede ser descrito como un paraíso, debe usted sentirse inmensamente orgulloso del magnífico diseño que ha creado en The Els Club Teluk Datai...

–Éste es sin duda el paisaje de un campo de golf más espectacular en el que he tenido el placer de trabajar, y estoy muy entusiasmado con la perspectiva de invitar a los primeros visitantes a venir y disfrutar de lo que ya ha sido elegido como el 'Mejor Campo de Golf' de la región en los Property Awards 2014 de Asia y el Pacífico.

El campo es impresionante y estoy muy contento con lo que hemos logrado. Traté de sacar el máximo provecho de este lugar único, situado entre la antigua selva tropical y el mar Andaman, y creo que lo hemos conseguido.

Fue un honor pegar el golpe de apertura junto a la reina y me gustaría agradecer personalmente a todos los asistentes su apoyo en lo que estamos seguros se convertirá en uno de los diseños de golf más apreciados del mundo.

–Usted es un gran favorito del público en Asia desde hace muchos años. ¿Puede decirnos por qué eligió Malasia para su tercer proyecto Els Club?

–Malasia es realmente un semillero para el golf y el turismo. Cuando pienso en los destinos más exóticos del mundo, es difícil dejar pasar este país que ha sido bendecido con paradisíacas islas impresionantes como Langkawi. Mira a tu alrededor: tenemos la selva, tenemos el océano, playas alucinantes y por supuesto fantásticos hoteles como el Datai Langkawi, donde tenemos la suerte de alojarnos esta semana. Es simplemente un lugar maravilloso. Hablo con los turistas que vienen aquí –algunos de ellos desde hace más de veinte años– y les encanta lo que hemos hecho con el campo de golf, que realmente ahora es de talla mundial, y creo que el The Els Club Teluk Datai servirá para atraer a Malasia a una gran cantidad de entusiastas de turistas de golf. Ellos están haciendo crecer el deporte del golf en Malasia. Nuestra compañía de diseño está trabajando actualmente en el sur del país, en Costa Desaru, con un proyecto mucho más grande que se abrirá en 2016.

–El campo es bastante singular, ya que no tiene ningún búnker. ¿Puede decirnos por qué es así y qué retos le presentó esta ubicación junto a un bosque de un millón de años de antigüedad?

–Hemos trabajado en roca de lava en la isla Mauricio, en los arrecifes de coral en las Bahamas, en las colinas en Sudáfrica, pero nunca en una selva tropical, por lo que ésta fue la primera vez para todo el equipo. Obviamente, lo primero que teníamos que tener en cuenta era la cantidad de lluvia que tenemos aquí en Langkawi. Mirando el campo que estaba aquí con anterioridad y simplemente caminando durante la primera visita que hicimos a este lugar con los chicos de Troon Golf, vimos una gran cantidad de agua estancada por todos los sitios. Así que lo primero que teníamos que hacer era encontrar algún tipo de sistema de drenaje. Para ello, abrimos literalmente el arroyo hasta el río casi fuera de la montaña, donde el agua llega a través del campo de golf. También nos ocurrió que aquella primera tarde, cuando cayó una tormenta y se inundó el campo existente, que no era práctico tener que drenar bunkers cada vez que llovía. Es el primer campo que hemos construido sin un solo bunker. Es un campo cómodo y no creo que eches de menos salir de bunker.

–Queríamos hacerle algunas preguntas sobre su carrera, partiendo de sus inicios. Jugó al rugby, al cricket y un poco al tenis antes de centrarse totalmente en el golf. ¿Qué fue, en última instancia, lo que le hizo decantarse por los palos?

–Por alguna razón, sólo me encantó el golf más que todos los otros deportes. En el rugby te lesionas, y no me gusta salir lastimado. Al cricket jugué en el colegio. Dejé de jugar al rugby a los 16 años porque mi padre me dijo que no jugase más. Sigo jugando al tenis, mi hija juega y yo he empezado de nuevo. Soy una sombra de lo que era, pero todavía me gusta jugar. En Sudáfrica tenemos un clima estupendo, por lo que se podía practicar cualquier deporte en cualquier época del año, así que fui muy afortunado.

–Usted batalló durante un tiempo antes de entrar en el PGA Tour. ¿Cuáles eran los retos del joven Ernie en aquella época?

–Veo a los jóvenes que ahora está tratando de quedarse en el PGA Tour: la competencia es cada vez más fuerte y de todo el mundo, y hay algunos grandes jugadores. Tuve la suerte de triunfar en el Tour de Sudáfrica y probé un poco en el Tour Europeo en sus primeros tiempos, pero por alguna razón me quedé en América. Luego me dieron una tarjeta para jugar en Europa y empecé a hacer algunas apariciones allí. Luego tuve algunas muy buenas actuaciones en Sudáfrica. Gané el Open de Sudáfrica y gracias a eso me invitaron a jugar algunos torneos en Estados Unidos, y luego gané el U.S. Open en 1994. Así que me pasaron un montón de cosas buena a una edad temprana y tuve mucha suerte.

–Una vez describió 1992 como el año en que cambió su vida, y efectivamente cambiaron las cosas para usted. ¿Qué logros tuvo ese año?

–Ese año gané el Open de Sudáfrica, y todavía hoy ese torneo te sirve para jugar en eventos en todo el mundo, como el Open Championship. También gané el PGA de Sudáfrica y el Masters, y fui el segundo sudafricano en hacerlo despúes de Gary Player. Así que fue un año muy bueno para mí en Sudáfrica, lo que me dio una tarjeta para el Tour Europeo y luego seguí en este circuito al haber terminado  quinto en el Open Británico el año siguiente, así que todo fue muy rápido, en aproximadamente un periodo de dos años que comenzó con mi triunfo en el Open de Sudáfrica.

–En su haber tiene cuatro grandes y 70 triunfos en todo el mundo. ¿Uno favorito?

–Cada vez que uno levanta un trofeo, es un momento maravilloso y memorable. La alegría es indescriptible, pero es muy difícil elegir uno de los grandes. De joven era muy engreído y pensaba que iba a ganarl todos. Pensé que el Masters iba a ser el primero y luego el Open Británico, y después el US Open y el PGA Championship. Bueno, no he ganado el Masters hasta ahora y tampoco el PGA, así que voy a tratar de ganar el Masters antes de retirarme. Conseguirlo sería mi mayor logro profesional.

–Usted que ha jugado por todo el mundo, ¿tiene un campo favorito o tal vez un campo donde usted es el favorito del público?

–Sin duda era Wentworth, especialmente cuando jugamos allí el Mundial Match Play. Gané siete veces, un récord, y mis hijos nacieron allí. Todavía tenemos la casa, pero ahora vivimos más tiempo en Florida. Wentworth es uno de mis lugares favoritos y realmente el campo me gusta. Sin embargo, el campo que más me gusta en este momento está en Langkawi, ¡aunque usted ya sabía que iba a decir esto!

–¿Quién diría usted que es su competidor más duro?

–El juego en sí. A lo largo de los años he tenido mis altibajos. En los buenos tiempos, era sin duda Tiger Woods; fue, de lejos, el mejor. Fue duro para mí porque pensé que yo podía ser el mejor jugador del mundo y fui durante un corto periodo el número uno del mundo, pero Tiger era realmente el hombre a batir. Era un rival muy difícil. Hoy en día es el juego y los jóvenes, ya sabes Rickie [Fowler], Adam Scott, Jordan Speith, y  hay otros muchos buenísimos jugadores, y yo realmente disfruto de su compañía. Pero estoy en una etapa diferente de mi carrera. Noto que las victorias no llegan con tanta frecuencia como antes, pero disfruto jugando.

–Acaba de mencionar a Tiger. Qué nos puede decir de la era de los Big Five.  ¿Tenía usted un plan de juego en los torneos sabiendo que Tiger, Retief Goosen, Vijay Singh y Phil Mickelson iban también con sus mejores armas?

–Ésa fue una época estupenda; estábamos en el mejor momento de nuestras carreras. Todavía jugamos esporádicamente como solíamos hacerlo en su día pero, ya sabes, tengo 45 años, Tiger casi 40 y Retief es de mi misma edad, pero aquella fue una época dorada para nosotros. Hemos ganado muchos torneos en todo el mundo; gané, justo en ese período de cinco años, más de 27 en todo el mundo. Pero Tiger fue la figura dominante. Ganaba la mayoría de los grandes y así es como uno se convierte en el mejor jugador. Yo he ganado sólo cuatro, Phil cinco, Retief dos y Vijay tres, y luesgo está Tiger con catorce, lo que  muestra su superioridad. Él era una fuerza a tener siempre en cuenta.

–Usted dijo una vez que tenía un plan de tres años para intentar destronar a Tiger y que usted sería quien lo llevaría a cabo. ¿Qué ocurrió?

–Me sentí muy bien después de una victoria en el Open de Sudáfrica, creo que en 2006. Tuve una lesión muy mala en la rodilla en 2005 y eso me apartó de mi camino y realmente quería comprometerme con este deporte. Normalmente no hablo de forma tan grandilocuente o hago declaraciones tan audaces como esa, pero en Sudáfrica sentí que realmente necesitaba un objetivo y un plan, así que hice que hice público ese plan. Fue quizá algo de lo que me podría haber arrepentido, pero yo quería tener una meta.

–¿Qué es lo que aún le motiva?, ¿la competición?

–Sí, me encanta competir, me encanta hacer algo si es una competición, ya sea ping pong o tenis contra mi hija o contra cualquiera,  incluso al billar, cualquier cosa. Se trata de competir. He estado compitiendo desde que tenía diez años en un montón de deportes: lo llevo en la sangre. Pero hoy en día compito para mí, todavía quiero tratar de ganar uno o dos majors más antes de darme por vencido, así que eso todavía me motiva y significa que soy capaz de jugar a un alto nivel.

–Ha tenido muchos grandes momentos en su carrera, pero ¿cuál diría que ha sido el punto culminante de sus tres décadas en este deporte?

–En el golf han pasado muchas cosas. Obviamente las victorias han sido geniales. Los majors son, sin duda, los mejores momentos de mi carrera. He ganado cinco Open de Sudáfrica, lo que es realmente magnifico, los Matchplays.... Realmente no puedo elegir un torneo, pero en todo ese tiempo lo mejor es realmente los amigos que he hecho, y ahora el diseño de campos es una verdadera pasión para mí y quiero que vaya a más. Aquí en Langkawi estamos completando otra fase en la construcción de la marca Els Club por todo el mundo, y  es muy divertido ser parte de ello. Esta semana he conocido a la reina de Malasia y jugado al golf con ella, lo que es increíble para un chico de Sudáfrica.

–Usted ha mencionado un par de veces que le gustaría ser dueño de un bar o un restaurante en el Caribe cuando se jubile. ¿Tiene todavía ese plan?

–¿Eso otra vez? Usted está revelando buenas declaraciones. Dije eso a principios de los años 90, justo antes del U.S. Open. Los periodistas me preguntaron qué haría si ganase ese torneo, y contesté: "Cogería el dinero, me iría al Caribe y abriría un bar". Eso fue hace veintiún años, y todavía estoy intentando ganar más torneos y además construyo campos de golf por todo el mundo, así que supongo que el bar va a tener que esperar.