“ESTAMOS POR LA LABOR DE INNOVAR”

Que el mantenimiento del Club de Golf Finca Cortesín es excepcional es algo que nadie duda. Desde que se abrió al juego, en 2006, la propiedad de este campo se ha empeñado en que éste sea uno de los aspectos que marquen la diferencia de este resort de golf que ha sido tres veces sede  del Volvo World Match Play Championship.

Para dirigir esta tarea tan esencial y delicada a la vez, Finca Cortesín cuenta con Ignacio Soto, un greenkeeper de dilatada experiencia que había trabajando con anterioridad en otros dos grandes campos costasoleños: Atalaya y Real Club de Golf de Sotogrande.

Desde que se termina su construcción, un campo necesita muchos y constantes cuidados para que esté en óptimas condiciones. Para Soto, uno de los principales esfuerzos a realizar en Finca Cortesín es el que atañe a lo drenajes: “Aquí hacemos mucho hincapié en que el campo esté bien drenado, ya que ello significa que en invierno nuestros clientes pueden jugar a gusto porque la lluvia no nos afecta demasiado”.

En la Costa del Sol la mayoría de los campos están construidos sobre suelo arcilloso, por lo que hay que trabajar mucho en los drenajes, “y especialmente”, dice Soto, “en un campo como el nuestro, que tiene bastante movimiento y donde más del 90 por ciento de los jugadores utiliza buggy. Nuestro objetivo es permitir llevar el buggy por el césped, porque la experiencia no es la misma que conducirlo siempre por los caminos”.

Aparte de los drenajes, que es una labor constante año tras año, otra labor de mantenimiento importante en Finca Cortesín es la que afecta a los tees. ”Actuamos sobre todo“, explica el greenkeeper, “en los que más se usan: los agrandamos y nivelamos y, por prioridad de su estado, también vamos haciendo nuevos tees. Este año por ejemplo acabamos de terminar el nuevo tee del 10 y hemos trabajado ya cuatro o cinco hoyos de pares 3, agrandándolos bastante y nivelándolos”.

Otra de las ocupaciones períódicas del greenkeeper y su equipo son los bunkers, “que tienen vida propia, al igual que todo el campo. Hay una estimación hecha de la sección americana de arquitectos de golf –que estaría muy bien que la leyeran los propietarios de los campos– que habla de la vida útil de cada parte del campo. Consideran que los bunkers hay que renovarlos cada seis o siete años, por motivos de drenaje, de arena, de jugabilidad. Aquí los hemos estado renovando desde que anunciaron el Volvo Championship. Primero hicimos todos los de greenes, después seguimos renovando, ahora estamos haciendo los que más uso tienen en el juego y nos quedan todavía por renovar unos treinta de los 116 bunkers que hay en el campo”.

“Este año”, prosigue Soto, “hemos hecho ya los bunkers de la calle de prácticas con un sistema nuevo de drenaje americano que se llama Better Billy Bunker, un sistema revolucionario en Estados Unidos que puede funcionar muy bien aquí también. Lo hemos hecho en la calle de prácticas como una prueba, aunque sabemos que funciona”.

El sistema es muy simple y consiste, tras drenar bien el terreno, en poner una capa de grava encima de toda la superficie del búnker y aplicar sobre la grava una resina muy dura “que lo que hace es que se quede prácticamente como una losa de hormigón porosa, y encima de ella va la arena. Con eso la capacidad drenante es mucho mayor”.

Hay varios sistemas de drenaje nuevos y muy interesantes que van surgiendo sobre todo en Estados Unidos, “y en Finca Cortesín estamos por la labor de innovar”.

–Parece que es en ese país donde más se innova en todo lo referente a campos de golf...

–Así es. Para nosotros es muy importante la la formación y cada vez que podemos vamos a Estados Unidos a cursos de formación y a ver materiales nuevos. Hay nuevas técnicas de mantenimiento, hay nuevas variedades de céspedes más respetuosas con el medio ambiente que podemos traer y ver cómo se adaptan a nuestra zona, céspedes que necesitan menos mantenimiento y eso en Estados Unidos es prioridad absoluta debido también al cambio climático… Este año hemos estado en California y hay una sequía terrible allí y están reconvirtiendo todo el tema del golf. De hecho, lo hemos visto en los últimos torneos del Tour de Estados Unidos, que están mandando torneos a zonas más naturales, más respetuosos con el medio ambiente, y está olvidando un poco el mantenimiento extremo a base de agua y productos y tal, y eso va a llegar aquí, seguro. Está llegando ya y vamos a tener que adaptarnos a sistemas nuevos de mantenimiento, nuevas variedades de césped y sobre todo respeto al medio ambiente.

–O sea, que una de las claves para un buen greenkeeper es una buena formación continua..

–Efectivamente, como los médicos. Y conocer la zona también es importante, sobre todo ésta, que es complicada por la proximidad del Estrecho. Aquí tenemos todo, tenemos viento, tenemos buen clima, pero a la vez el buen clima te trae toda clase de enfermedades. Aquí vive todo el mundo, los bichos buenos y los bichos malos. Tenemos todo tipo de malas hierbas, todo tipo de enfermedades, todo tipo de insectos… Aquí el mantenimiento es complejo y además cada vez hay más limitaciones en el uso de pesticidas.

–¿Cuál es el mayor reto de mantenimiento al que se enfrenta este campo?

–Quizá el de las malas hierbas. Hay mucha investigación tanto de fungicidas como de insecticidas biológicos, pero herbicidas biológicos no hay, así que no queda otra que eliminar esas malas hierbas a base de segar a mano y realizar labores de mantenimiento que favorezcan el crecimiento de tu hierba y no de las otras. Es difícil.

–Entonces la tendencia va a ser ir cambiando de césped en los campos de golf europeos…

–Sí, de hecho ya estamos dando los primeros pasos. Nosotros sin ir más lejos estamos probando nuevas variedades en greenes, hemos hecho recientemente una zona de juego corto con un green de bermuda, que es una hierba que requiere menos aplicación de productos y es una hierba que se adapta a nuestro clima perfectamente. También hay que tener en cuenta la calidad de agua que tenemos, que cada vez va a ser de peor calidad. Entonces lo que hace veinte años valía para el golf ahora ya no vale y hay que ir adaptándose. En Estados Unidos la mayoría de los torneos del PGA Tour se juegan en greenes de bermuda, y hace veinte años era impensable que nosotros pusiéramos algo de eso, pero creo que va a llegar y ya se están dando los primeros pasos trayendo variedades certificadas de allí y las últimas reformas que se están haciendo en las Costa del Sol están introduciendo variedades nuevas que antes no existían. Nosotros estamos probando y para 2017, cuando tenemos previsto renovar todos los greenes del campo, si todo va bien seguramente lo hagamos con una de estas nuevas variedades.