“La Nicklaus Academy de Finca Cortesín está a la vanguardia tecnológica”

Es un apasionado del golf y le gusta trasmitir a sus alumnos esa adoración que siente por este deporte. Ricardo Jiménez Eliaeson, un profesional afable, de perenne sonrisa y entusiasmo, dirige con maestría Nicklaus Academy de Finca Cortesín, el recientemente elegido mejor resort de Europa por los usuarios del portal de internet Leading Courses.

Nacido en Estocolmo, de padre emigrante malagueño y madre sueca,  Ricardo, de 48 años, empezó a transmitir sus conocimientos golfísticos en Finca Cortesín desde que abrió este lujoso resort costasoleño, en el otoño de 2006. Tuvo el honor de ser de los primeros que jugó el renombrado campo, cuando todavía no estaban puestos ni los tees de salida. “Fue espectacular aquella primera impresión”, rememora. Luego en esos magníficos greenes se disputarían tres ediciones de los Campeonatos del Mundo Match Play.

–¿Qué diferencia a Nicklaus Academy de otras escuelas de golf?

–Las Nicklaus Academies se caracterizan por ser un State of Art, por estar a la vanguardia, donde el alumno vive una experiencia entre otras cosas por su alta tecnología, donde se analiza el vuelo de la bola  a través del  dispositivo Flightscope y el swing por medio de videoanálisis, y además tenemos la privacidad de contar con nuestro propio tee de prácticas. La enseñanza es muy personalizada y se desarrolla normalmente con un profesor con un alumno o dos, lo cual acelera el aprendizaje del alumno.

–Qué importancia tiene la tecnología y cuánta el profesor a la hora de aprender a jugar al golf?

–La realidad es que la mayoría de los profesionales no necesitamos la tecnología para saber qué es  lo que le pasa al alumno, pero sí la necesitan los alumnos porque a través de la tecnología entienden que lo que le estamos diciendo es lo correcto. Corrobora nuestra enseñanza. La utilizamos primero para mostrar los errores en los que hay que trabajar y luego para comprobar cómo ha mejorado el movimiento.

–¿Cuáles son los errores más comunes que comete un principiante?

–El mayor error del principiante es que no tiene la habilidad de manejar el palo, de controlar la cara del palo, para contactar con la bola. Evidentemente, los profesionales sí tenemos esa habilidad porque la hemos desarrollado durante muchos años, pero los principiantes no la tienen y nosotros intentamos enseñarles cómo la cara del palo tiene que coincidir en la bola y qué es lo que ocurre una vez que la cara del palo conecta la bola. La clave es intentar conseguir controlar la cara del palo, y para ello se necesita que el grip no tenga mucha tensión. La mayoría de los principiantes tienen mucha tensión en el grip, con lo cual no pueden manejar la cara del palo.

–¿Y los de los jugadores medios?

–A ellos les pasa exactamente lo mismo. El 95 por ciento de nuestros alumnos tienen el problema de la presión que ejercen en el grip, especialmente con la mano izquierda.

–¿No importa si un swing es feo pero efectivo, o habría que intentar cambiarlo?

–En absoluto. Quizá en un principio, cuando empezé, me enfocaba mucho en intentar conseguir la perfectas posición del palo durante el swing, en nuestras enseñanzas antes de que viniera aquí la Jack Nicklaus Academy buscaba el swing perfecto. Pero la realidad es que cada alumno es diferente, puede hacer lo que puede hacer, a veces tiene limitaciones físicas para el golf, y lo que intentamos hacer es adaptarnos a él. Yo siempre digo lo mismo: tú coges ahora un Trackman o un Flightscope, le dices a todos los jugadores del Tour que quieres que tengan un línea de swing  de dos a la derecha y la cara del palo un grado cerrada 1 grado con respecto a la línea, te vas y cuando vuelves al cabo de unas horas todos están pegando la bola una bola similar; eso sí, los swings son todos diferentes.

–¿Qué opciones de enseñanza ofrecéis aquí: clases individuales, cursos…?

– Somos una academia abierta a todo el mundo, cualquier persona puede venir a dar clases con nosotros. Nosotros nos basamos en que el 90 por ciento de los jugadores quiere mejorar su juego, y precisamente eso es lo que le ofrecemos. Hacemos una evaluación de su juego en el campo, una evaluación del vuelo de su bola, utilizando para ello la tecnología Flightscope, evaluamos su swing mediante tests y videoanálisis con Swing Catalyst, también hacemos una evaluación del juego corto, Putt con un dispositivo ( TOMI) que nos da unos parámetros importantes durante el impacto y hacemos asimismo un análisis y test del chip, del pitch y de la salida de búnker. Y luego terminamos con una evaluación física del alumno, evaluamos su equipo, si es necesario hacemos un fitting con Taylor Made, y por último hacemos una evaluación de todas sus habilidades y vemos cómo son de buenos en cada apartado de juego. Con todo eso, vemos qué aspectos tenemos que trabajar con ellos utilizando la tecnología, más los Drills (ejercicios) y nuestros ‘training aids’. Y a partir de ahí supervisamos su trabajo constantemente para que no se desvíen del camino correcto. Tenemos clases privadas, clases en el campo, clinics…, pero sobre todo trabajamos paquetes personalizados adaptados a las necesidades de cada cliente.

Dentro de las iniciativas que queremos poner en marcha, el 6 de junio participaremos en el Women`s Golf Day (One Day-Women Golfing-Everywhere around the World), un evento donde las mujeres y niñas pueden introducirse en el golf o mejorar su swing, en el caso de jugadores más avanzados. Contaremos con la colaboración especial de  Noemí Jiménez, jugadora del Ladies European Tour.

–Una vez terminadas las clases, ¿qué hay que hacer para que no se pierdan los conocimientos adquiridos?

–El alumno ideal es aquel que realmente quiere trabajar. Tengo la fortuna de contar últimamente con unos cuantos alumnos que han hecho unos paquetes de cuarenta horas y, claro, cuando la ilusión es tan grande por mejorar, el trabajo es mucho más sencillo. Lo normal es el jugador que viene y da una hora de clase, luego sale al campo y no le pega bien a la bola y ya considera que tú eres mal profesor. Uno puede que no sea el mejor profesor para todos los alumnos, pero sí que es verdad que el tiempo que por ejemplo dedica un profesional a practicar no lo puede emplear un amateur, por cuestión de su trabajo normalmente. Entonces, es importante no sólo lo que el profesor le dice y enseña sino lo que el alumno trabaje después. Da igual si lo hace mal. Si yo le mando un ejercicio y cuando vuelve a la semana siguiente veo que ha trabajado en el ejercicio aunque le pegue mal, ahí tendremos progresión, y eso es muy importante: el trabajo y la constancia. Está claro que cuanto más tiempo trabajes con el cliente, de forma intensiva, mejores resultados obtienes.

Resalta Ricardo que tanto él como su compañero docente Rubén Holgado han sido jugadores profesionales, “y eso es importante porque intentamos enseñar a los alumnos a hacer pocos golpes transfiriendo lo aprendido al campo”.

”Sabemos”, prosigue, ”que es importante la parte física, el aspecto mental, la nutrición, pero nosotros estamos aquí básicamente para enseñar a jugar al golf”.

Además de lo que es el golf, la etiqueta y las reglas, lo que pretenden sobre todo en la Nicklaus Academy de Finca Cortesín es que el alumno “se conozca a sí mismo como jugador y ver cómo puede mejorar. Nuestro objetivo es que cuando se vayan de aquí sepan qué es lo que tienen que trabajar en cada momento”.

Para conseguir esa meta, la Academia ofrece paquetes de tres, cinco, diez o veinte horas. “Estamos especializados en crear programas personalizados para cada jugador„ explica Ricardo. “Si alguien quiere por ejemplo salir 18 hoyos al campo y luego quiere trabajar solamente drive o putt, nosotros le preparamos un paquete específico”.

“Y algo importante para nosotros”, concluye, “es trasmitir al alumno la pasión que nosotros sentimos por el golf y, a tenor de la gente que repite con nosotros, parece que lo estamos consiguiendo”.