Renovarse o morir. Progresar o retroceder. Mirar hacia adelante o estancarse. El Gecko Tour ha apostado por la primera opción en todas y cada de las versiones que uno pueda imaginar de esta disyuntiva vital. La quinta edición del Gecko, que arrancó a finales de octubre, ha venido marcada por una palabra: revolución.
Todo comenzó con un cambio visceral en lo estético. Se renovó la web, el logo y hasta el nombre. Se le cayó el pro, en un intento por potenciar la marca, el impacto. El Gecko o The Gecko, como ustedes prefieran, ha dado un salto de calidad. Mejores campos, más torneos de tres días, Series Pro-Am y la misma colaboración estrecha con la Fundación de Ernie Els que lucha contra el autismo infantil. Es la versión solidaria.
El simpático lagarto sigue creciendo al calor de la Costa del Sol y con la confianza creciente de los profesionales y amateurs que cada semana se baten el cobre por torneos que reparten entre 10.000 y 20.000 euros. El Gecko ha conjugado una mezcla perfecta de veteranía y juventud. Hay jugadores experimentados que apuestan por este circuito para mantenerse en forma, competir con los nuevos talentos y reabrir de nuevo la puerta, por qué no, del Circuito Europeo. Ahí están los ejemplos de Manuel Quirós, Gabriel Cañizares, Carlos Rodiles, Carlos Balmaseda, Carlos del Moral, Eirik Tage Johansen o Mark Tullo... Jugadores, todo ellos, que no sólo imprimen calidad al Gecko, sino que sirven de modelo y referencia para los jóvenes que vienen apretando por detrás.
El Gecko se ha convertido también en el banco de pruebas perfecto para aquellos talentos que quieren dar el salto a la élite y necesitan prepararse en invierno. ¿Dónde mejor que bajo el clima de la Costa del Sol? Vienen de toda Europa dispuestos a comerse el mundo. Que se lo pregunten a Marcus Kinhult, sueco, amateur, Número Tres del mundo, que llegó vio y venció. Se impuso en su debut en el Gecko, en la primera prueba disputada en Torrequebrada Golf Club. También jugó aquel torneo el inglés Jimmy Mullen, una de las grandes promesas del golf británico. Kinhult conseguiría un par de semanas después la tarjeta del European Tour.
También ha triunfado en lo que llevamos de temporada el producto interior bruto andaluz. Alfonso Gutiérrez consiguió una de las victorias más emotivas de la historia del Gecko, Carlos Rodiles acudió igualmente fiel a su cita con el triunfo y Marcos Pastor demostró que ni una fractura en el pie puede con la ambición de un campeón. Y no debemos olvidar el importante papel de las mujeres en el Gecko. El nivel de participación femenina es cada día más poderoso. Noemí Jiménez, Lauralie Migneaux, Laura Cabanillas, Carmen Alonso, Annabel Dimmock, Mayte Vizcarrondo o Nuria Iturrios demuestra que en el Gecko las chicas también son guerreras.