Los 40 años le están sentando muy bien a Matthew Gregory Kuchar, más conocido como Matt Kuchar, al menos en el plano deportivo. El jugador estadounidense nacido el 21 de junio de 1978 en Winter Park, Florida, vive una etapa de esplendor que en lo que va de temporada se ha traducido en dos victorias y un cuarto puesto.

De hecho, está siendo junto con la de 2016 la mejor de sus temporadas en número de triunfos desde que, en el año 2000, tras graduarse en Administración de Empresas en la universidad, se hiciera profesional y en 2001 se enrolase en el US PGA Tour. Sus actuaciones en la presente temporada hasta primeros de febrero le habían reportado casi tres millones de dólares en premios, acumulando unas ganancias totales de 46,6 millones en el Circuito Americano, donde consiguió el primero de sus nueve triunfos en 2009 (Turning Stone Resort Championship). Al año siguiente sumó su segunda victoria y terminó la temporada segundo en la FedExCup, y sus próximos triunfos tuvieron lugar en 2012, 2013 (2) y 2014. Entre los títulos de más renombre que ha logrado en su carrera destacan el Players Championship de 2012 y el World Golf Championship Match Play de 2013.

Después de su victoria de 2014, Kuchar pasaría cuatro años sin saborear las mieles del triunfo, hasta que en el pasado noviembre, ya en el calendario de la actual temporada 2019, se impuso en el Mayakoba Golf Classic, en la Riviera Maya, donde curiosamente contrató expresamente para la ocasión a un caddie mexicano. Su de momento última victoria llegaría el pasado mes de enero en el Sony Open de Hawai. Quitando su primer torneo de la temporada, en el que quedó en el puesto 57, en los otros seis que había disputado hasta principios de febrero había finalizado en el top-25, incluyendo sus dos primeros y su cuarto puestos.

Está pues en forma Kuchar, que ha frecuentado los primeros diez lugares en el ranking mundial en distintos períodos desde 2010, alcanzando su mejor posición –cuarto– en junio de 2013. Ahora ronda la vigésima.

En los majors, su mejor clasificación ha sido segundo en el Open Británico de 2017 (quedó a tres golpes de Jordan Spieth), tercero en el Masters de Augusta de 2012 y quinto en el de 2014, sexto en el US Open de 2010 y décimo en el US PGA Championship de 2010.

En los Juegos Olímpicos de 2016 en Río de Janeiro, Kuchar ganó la medalla de broce, y en 2011 la Copa del Mundo y Presidents Cup representando a Estados Unidos. El jugador de Florida ha disputado tres ediciones de la Ryder Cup, logrando 5 puntos en 11 partidos.

Los 5.000 dólares de la discordia

La victoria de Kuchar el pasado mes de noviembre en el Mayakoba Golf Classic, torneo del US PGA Tour que se juega en la Riviera Maya, sigue trayendo cola a pesar del tiempo trascurrido. La manzana de la discordia son los 5.000 dólares que le pagó su caddie mexicano, David “El Tucán” Ortiz, después de haber ganado 1,3 millones de dólares por su triunfo en el espectacular campo de El Camaleón Mayakoba.

Kuchar dijo sentirse “decepcionado” y “triste” por las críticas que está recibiendo a raíz de aquel pago y que tienen como argumento que los caddies habituales de los profesionales del Tour suelen cobrar el diez por ciento del premio, lo que en este caso hubiese supuesto 130.000 dólares. Para un caddie de club en un resort acostumbrado a ganar de 100 a 200 dólares al día, ésa sería una suma monumental.

En febrero, en una entrevista con Golf.com, volvía a explicar una vez más cuál fue el acuerdo que había alcanzado con el caddie antes del torneo. “Fui muy claro el martes (de la semana de la competición): le ofrecí la posibilidad de ganar hasta 4.000 dólares con las bonificaciones, y aceptó”.

Kuchar relató que le dijo a Ortiz que le pagaría 1.000 dólares si no superaba el corte, 2.000 si lo pasaba, 3.000 si era top 20 y 4.000 si terminaba en el top 10. “Los 1.000 adicionales fueron en agradecimiento por una gran semana. Esos eran los términos y él estaba de acuerdo con ellos. No sé que pasó. Alguien debe haberle dicho: ‘Necesitas mucho más’”.

Ortiz dijo en una reciente entrevista que le dieron un sobre con dinero en efectivo el domingo por la noche después del torneo y que lo contó después de que Kuchar se hubiera ido. En otra entrevista poco después del torneo de Mayakoba, el caddie mexicano dijo que aún esperaba recibir un cheque de bonificación por la victoria. No creía que le hubieran pagado en su totalidad.

‘El Tucán’ dijo que no volvería a estar interesado en trabajar para Kuchar, aunque lo describió como una “buena persona y un gran jugador”. Diez semanas después del torneo, a Ortiz le ofrecieron una bonificación adicional de 15.000, pero la rechazó. . En una entrevista dijo: “No, gracias. Pueden quedarse con su dinero”. Dijo que creía que un pago de 50.000 hubiera sido adecuado.

Kuchar se sintió un poco avengonzado porque se le había ofrecido a Ortiz esa suma adicional. “Fue la agencia”, dijo refiriéndose a Excel Sports Management, que lo representa. El agente de Kuchar, Mark Steinberg, también lo es de Tiger Woods y Justin Rose.

Kuchar sonrió y dijo: “No está saliendo del bolsillo de Steinberg”. En otras palabras, Kuchar reconocía implícitamente que el dinero salía del suyo. Dijo que el pago adicional ofrecido era el esfuerzo de Steinberg para controlar los daños.

Asuntos de familia

Residente en St. Simon Island, Georgia, aficionado al senderismo y al esquí, casado y padre de dos chicos, Kuchar comenzó a jugar al golf a los 12 años cuando su madre, Meg, inscribió a su marido y a su hijo en ese deporte en el club de campo del que eran socios. Matt y su padre probaron y se engancharon.

Su progenitor, Peter, es un excelente jugador de tenis que en su día llegó a ocupar el primer puesto en dobles en el estado de Florida. También Matt jugaba se manejaba muy bien con la raqueta, hasta que se decantó por el golf.

Su esposa, Sybi, era una destacada jugadora de tenis en la universidad donde se conocieron. En octubre de 2009 ganaron el título de consolación del Campeonato Nacional de Tenis de Dobles Esposo/Esposa de la USTA en Ponte Vedra Beach, Florida.

Matt está involucrado en Camp Twin Lakes, un programa para niños con enfermedades graves, discapacidades y otros desafíos de la vida, así como en la Casa de Jacksonville Ronald McDonald.