Cuando Herbert V. Kohler Jr., presidente y director ejecutivo de Kohler Company, adquirió una enorme finca de 280 hectáreas a orillas del lago Michigan tenía muy claro cómo quería que fuese el campo de golf que encargó a Pete Dye. El empresario era un enamorado del golf y de los campos irlandeses y estaba totalmente decidido a tener en aquel paraje de Winconsin un links del más puro estilo irlandés.

Y empezó a forjarse lo que con el tiempo se convertiría en un campo de leyenda. El terreno había sido utilizado con anterioridad como instalaciones militares y era mayoritariamente plano, algo que no coincidía en absoluto con la idea de Kohler y Dye. Así que para modificar su orografía y dotarlo de colinas, profundas trampas de arena y contantes cambios de elevaciones hubo que descargar sobre el terreno más de 170.000 volquetadas de arena traída desde 30 kilómetros de distancia.

Aunque son miles los campos en Estados Unidos que se autodescriben como links, no hay sin embargo ninguno que se acerque ni remotamente a Whistling Straits. La sede de la Ryder Cup, que se iba a disputar en septiembre del año que viene y que se juega ahora, es desde luego una extraordinaria rara avis en territorio norteamericano.

No en vano, la magia del terreno transporta a los jugadores a otro lugar y espacio, pareciendo que se encuentra uno en Gran Bretaña o Irlanda.

El recorrido presenta más de tres kilómetros de línea de costa ininterrumpida del lago Michigan, con ocho hoyos abrazando la orilla. Los 18 hoyos gozan de espléndidas vistas al lago, y hay cuatro puentes de piedra, en los hoyos 1, 9, 10 y 18. Las grandes zonas de dunas son otra de las características de Whistling Straits, cuyo punto más elevado del recorrido (en el hoyo 15) es de aproximadamente 27 metros.

El escenario del a Ryder Cup contiene más de 500 bunkers y catorce obstáculos de agua.

Este campo se juega únicamente caminando, y la distancia andando de los 18 hoyos es de aproximadamente ocho kilómetros. El caddie es obligatorio.

Los tees están sembrados con Bentgrass Providence y los greens, con Bentgrass Penncross, mientras que las calles y el rough tienen una mezcla de tres variedades Festuca. La hierba de montículos y terraplenes se deja sin cortar.

La superficie media de los greens es de 700 metros cuadrados y la de los tees, de 600. Las calles tienen de media 89.000 metros cuadrados y el rough ocupa 607.000 metros cuadrados.

“Debería decir esto con cierto grado de modestia, pero nunca en mi vida he visto algo como esto, en ningún lugar y en ningún tiempo”. Las palabras de Pete Dye dan una idea de la unicidad de Whistling Straits.

Como una emulación del golf irlandés esculpido en la costa de Wisconsin, Whistling Straits es parte de Destination Kohler en Kohler, Wisconsin. Ubicado frente al lago Michigan, Whistling Straits está compuesto por dos campos de golf de campeonato de 18 hoyos (The Straits y The Irish) que continúan desafiando a los mejores golfistas profesionales y aficionados de todo el mundo. Posiblemente la mejor experiencia de golf en Estados Unidos, estos campos diseñados por Pete Dye continúan siendo clasificados en la parte superior de la lista de ‘Los 100 mejores campos de golf públicos de Estados Unidos’ por Golf Digest.

The Straits at Whistling Straits, por ejemplo, ocupó el tercer puesto en ‘Los 100 mejores campos de golf públicos de Estados Unidos 2019/2020’ por Golf Digest, fue quinto en ‘Los mejores campos de resort 2018’ por GolfWeek y vigésimo primero en ‘Los mejores campos de golf de América 2019/2020’ por Golf Digest.

Además de los dos campos de Whistling Straits, el resort Destination Kohler cuenta entre sus instalaciones con otros tres campos de golf englobados bajo la denominación Blackwolf Run (The River y Meadow Valleys, ambos de 18 hoyos, y The Baths of Blackwolf Run, de 10 hoyos pares 3), dos hoteles, villas en alquiler, spa y una docena de restaurantes.