Si hacer un hoyo en uno es es dificilísimo, algo que se consigue, quizá, una vez en la vida, hacer tres en tres años es poco menos que un milagro. Eso es lo que ha logrado Margaret Robinson, una irlandesa que reside en Fuengirola desde hace unos treinta años.

Desde que  dejó Dublín, junto a su marido Tony Robinson, hace unas tres décadas, para hacer de la Costa del Sol su base vital, el golf se ha convertido para los dos en su ocupación principal, y el club de golf Cerrado del Aguila en su segunda casa. En este campo, "el que más nos gusta de la Costa" -dicen- pasan la mayor parte del día. Tony fue el ganador de la primera competición que se jugó en Cerrado del Aguila en 2007.

Margaret, con handicap 12, logró su primer hoyo en uno en este mismo club en 2012. Fue en el hoyo 2, de 120 metros, utilizando una madera 11.

El segundo hoyo en uno fue en 2013 en Cala Nova, en el hoyo 17, de 123m. utilizando el mismo palo.

En abril del  año pasado logró su tercer hoyo en uno en La Cala, campo sur, en el hoyo 7, utilizando esta vez un hierro 8.

En las dos últimas ocasiones la irlandesa consiguió su hazaña en competiciones oficiales.

Esta mujer es la prueba viviente de que en golf la suerte es para quien la busca.