Hay seguramente campos más espectaculares, con hoyos asombrosos, trazados singulares y vistas deslumbrantes, pero sin duda no existe ningún otro que reúna el misterio, el encanto y, sobre todo, la historia deportiva del Augusta National, un campo de leyenda.

El escenario del Masters, enclavado en Augusta, Georgia, en un valle cercano a la frontera con Carolina del Sur, es un club muy especial. Se abrió en diciembre de 1932, en plena Gran Depresión y fue fundado por el millonario Clifford Roberts y el legendario Bobby Jones.

Jones, tras una carrera jalonada de éxitos y a la temprana edad de 28 años, se retiró de la alta competición sólo un mes después de haber ganado el Grand Slam y estando en la cúspide de su carrera. La verdad es que Jones no era un jugador asimilable a ninguno otro de su categoría, ya que solía jugar únicamente unas 80 rondas al año, dedicando tan sólo unos tres meses a viajar y jugar competiciones.

En 1948, cuando tenía 46 años, llegó el golpe más duro para Jones: le fue diagnosticada una rara enfermedad del sistema nervioso central y nunca más pudo jugar al golf. Sufría de fuertes dolores en la espalda y el cuello y las pruebas médicas demostraron que tenía crecimientos óseos en tres vértebras cervicales. Jones se vio obligado en un principio a caminar ayudándose de un bastón, luego usó muletas y finalmente pasó los últimos años de su vida postrado en una silla de ruedas. Tras 23 años sufriendo dolores de distinta intensidad, murió el 18 de diciembre de 1971 a la edad de 69 años.

Por su parte, Roberts era un banquero de inversiones que pudo recuperarse del azote del crash bursátil del 29. En 1931 Roberts descubrió una propiedad en Augusta para el proyecto que pretendía hacer realidad su amigo Jones. Se trataba de una finca situada en las afueras de la ciudad. Jones dijo: ”Parece que este sitio ha estado aquí esperando durante años para que se construya en él un campo de golf”. El financiero compró el terreno y así comenzó la aventura del Augusta National. Roberts murió en 1977 a la edad de 83 años. Enfermo, se fue a Augusta para agotar sus últimos días en el lugar que él consideró su hogar. Se suicidó cerca del hoyo 10.

Roberts fue el primer presidente del Augusta National y Jones fue designado ’Presidente Perpetuo´ del club en 1966, a la edad de 64 años. Roberts era muy maniático y, por ejemplo, no podía soportar que el dinero estuviera sucio, así que en la tienda de golf de Augusta National se da todavía en la actualidad cambio con moneda nueva. Tampoco aguantaba que los cuadros estuvieran torcidos en la pared, y por eso los de la casa club permanecen todavía colgados de dos ganchos para que no se muevan.

Roberts también coqueteó con el mundo de la política y fue un elemento valioso en las dos campañas presidenciales del General Eishenhower y un consejero del presidente en la sombra. Eisenhower visitó por primera vez Augusta National en 1948 y se hizo socio poco después. El presidente de Estados Unidos encargó un retrato de Roberts para la biblioteca del club. Eishenhower da nombre a una presa en Augusta National que él mismo propuso que se hiciera, en la zona este del campo.

 

UNA FINCA PERFECTA

El lugar escogido para construir el Augusta National era una parcela de 148 hectáreas llamada Fruitlands Nurseries, un espacio perfecto puesto que la arboleda había permanecido intacta a lo largo de los años, al tiempo que conservaba una hermosísima avenida de magnolias que lleva al edificio colonial que hoy forma la parte central del complejo que constituye la casa club. La finca empezó siendo una plantación de magnolias hasta que en 1857 lo compró el barón belga Louis Mathieu Edouard Berckmans, horticultor por hobbie. Junto a su hijo formó una sociedad un año después para importar árboles y plantas de varios países.

Un amigo común de Jones y Roberts, Thomas Barret Jr., les recomendó esta propiedad para la construcción de su gran sueño. Jones, al ver el terreno, decidió que era perfecto para construir un campo de golf. Decidieron que fuera un campo de socios bajo el nombre de Augusta National. El campo empezó a construirse en 1931, se abrió en diciembre de 1932 a un número reducido de socios y un mes más tarde se realizó su apertura oficial. El objetivo inicial era tener 1.800 socios, cada uno de los cuales pagaría por ello 5.000 dólares más una cuota anual de 60 dólares. Cuando se disputó el primer Masters, en 1934, el club tenía tan sólo 76 socios. En aquella época no se podían permitir pagar al primer ganador del torneo su cheque de1.500 dólares, así que Horton Smith tuvo que esperar hasta que 17 socios del club contribuyeron con dinero extra. El club sólo sobrevivió gracias a los esfuerzos de sus fundadores, Roberts y Jones.

El Masters nació en 1934, aunque con otro nombre, cuando Jones y Roberts decidieron crear un evento de importancia que se celebrase cada año en Georgia. Jones tenía entonces la idea de invitar a los principales jugadores del mundo a competir en ese campo y así empezó a forjarse la leyenda del torneo de golf más famoso del planeta. En 1934 Roberts quiso llamar al torneo “The Masters”, pero Jones pensó que era demasiado pretencioso, así que se le llamó “El primer Torneo Invitacional Anual del Augusta National”. Roberts estaba empeñado en su elección y utilizó a la prensa para que se cambiase el nombre. En 1938 se adoptó de manera oficial el nombre que hoy tiene el torneo.

 

EL MÉDICO DISEÑADOR

El diseñador del Augusta National fue Alister Mackenzie, un escocés que dejó la medicina para dedicarse a su pasión: el golf. Consiguió diseñar un campo con grandes parecidos a los campos escoceses, aunque no pudo disfrutar mucho tiempo de su obra, pues falleció poco después sabiendo que había diseñado su mejor campo.

Augusta National un ejemplo de diseño y estrategia, donde se reta al jugador a planificar perfectamente cada golpe. Cada hoyo puede jugarse de diferentes maneras, con lo que cada golfista elegirá su camino en función de su habilidad. En cuanto a su ornamentación paisajística, destaca la profusión y gran variedad de pinos, muchos de los cuales tienen más de 150 años de vida. Las coloristas azaleas son también una constante en el recorrido, existiendo una treintena de variedades. Asimismo, hay unas pocas palmeras. En los primeros años al hoyo 4 se le llamaba el Hoyo de las Palmeras (ahora se denomina Flowering Crab Apple, un tipo de manzano).

La casa club se sitúa en alto, y desde ese punto fue donde Jones y Roberts visualizaron el futuro campo. En la zona baja de la colina, en el extremo del campo, se sitúa el famoso Amen Corner, compuesto por los hoyos 11, 12 y 13 y donde se han ganado y perdido varios Masters.

El nombre Amen Corner fue acuñado en 1958 por el periodista de Sports Illustrated Herbert Warren Wind, quien escribió que estaba compuesto por la segunda mitad del hoyo 11, el hoyo 12 y la primera mitad del hoyo 13. El periodista tomó prestado el nombre de un antigua composión de jazz llamada “Shouting Amen Corner”.

El hoyo 11 es un par 4 de 416 metros, con un lago desde el frontal a la izquierda del green. El 12, un par 3 de 142 metros, es el más exigente de los hoyos debido a que requiere gran cuidado para no salirse de calle. El 13 es un dogleg par 5 de 443 metros también muy exigente donde resulta fácil que la bola caiga en el arroyo que pasa delante del green si se intenta acortar la distancia hacia la bandera en un primer golpe.

 

POLÉMICOS CAMBIOS

El trazado del Augusta National ha sido objeto de pequeños cambios a lo largo de su dilatada historia, los de los últimos tiempos encaminados a alargar un recorrido que con el avance tecnolóico de palos y bolas se estaba quedando –en opinión de algunos, entre ellos el presidente del club– un poco corto para los mejores profesionales del mundo. El campo ha crecido desde el año 2000 un total de 450 metros, lo que supone ocho golpes más (dos por ronda) para los jugadores del Masters.

Dos de las leyendas vivas del golf, Arnold Palmer y Jack Nicklaus, cuya contribución al Masters está reconocida con sendas placas conmemorativas en el propio Augusta National, no son partidarios de los cambios efectuados en el histórico trazado. “Augusta forma parte de mi vida y lo adoro: es la razón por la que odio estos cambios”, ha declarado, sin pelos en la lengua, el Oso Dorado.

 

LOS DESTACADOS DE AUGUSTA

En la base del mástil situado enfrente de la casa club, de estilo colonial, a la que se llega desde la entrada del club atravesando una avenida flanqueada por 61 grandes magnolios, la Magnolia Lane, se encuentra el Círculo de los Fundadores, con dos placas que recuerdan a los hacedores del Augusta National. A Bobby Jones se le evoca como “un caballero en todos los sentidos de la palabra cuyas legendarias hazañas como golfista inspirarán a aquellos que jueguen al golf por los años de los años”. En la placa dedicada a Clifford Roberts, se lee que fue “un hombre cuya visión fue inspirada por el genio y la determinación y cuya contribución al juego del golf será recordada mientras el golf siga jugándose”.

Hay otras placas conmemorativas en el campo. Una, de bronce y colocada en una fuente detrás del tee del hoyo 16, está dedicada a Arnold Palmer por su contribución al Masters. Palmer jugó 50 ediciones seguidas desde su primera participación, en 1955, y ganó cuatro veces el torneo (1958, 60, 62 y 64).

Jack Nicklaus, seis veces ganador del Masters (1963, 65, 66, 72, 75 y 86), también tiene su placa en Augusta National, ubicada en una fuente que hay entre los hoyos 16 y 17. El Oso Dorado ganó su primer Masters a los 23 años y se convirtió en el más joven jugador en ganarlo hasta entonces.

 

LA HISTORIA DE LA CHAQUETA VERDE

La prenda que distingue a los campeones del Masters tiene su origen en 1937, año en que los socios del Augusta National empezaron a usar la chaqueta verde como prenda identificativa del club. La dirección del club instó a los socios a comprar y usar una chaqueta durante el Masters, de modo que pudieran ser identificados fácilmente. En un principio, a los socios no les entusiasmó la idea de usar la chaqueta porque les daba mucho calor. Años después, la prenda se confeccionó con un tejido más fresco. En 1949 se instauró la tradición de entregar una chaqueta verde al ganador del Masters, que resultó ser ese año Sam Snead. La prenda, cuyo color se denomina ‘Masters Green’, lleva como adorno en el bolsillo superior izquierdo el logotipo del Augusta National Golf Club, que también aparece grabado en los botones, de bronce.

Tradicionalmente, el ganador del Masters se lleva a casa su chaqueta verde por un período de un año , devolviéndola al club cuando regresa para participar de nuevo en el torneo. La chaqueta se guarda entonces en el club y está disponible para cuando su titular visite el campo. Cuando el Masters está próximo a terminar, se seleccionan varias chaquetas que podrían estarle bien al posible ganador durante la ceremonia posterior. El campeón facilitará posteriormente sus medidas para que le confeccionen la prenda a la medida. Normalmente, un ganador múltiple del Masters tendrá una única Chaqueta Verde, a menos que su talla haya variado notablemente a lo largo de los años.

La ceremonia en la que el campeón del año previo ayuda a colocarse la Chaqueta Verde al nuevo ganador se vio alterada por primera vez en 1966, cuando Jack Nicklaus se convirtió en el primer jugador en ganar dos veces consecutivas el Masters. Bob Jones recomendó que el Oso Dorado se pusiera él solo la prenda, y así ocurrió entre el alborozo de la multitud que presenció el acto. Hasta 1990 no se registraría otra doble victoria consecutiva, esta vez a cargo de Nick Faldo. En esa ocasión el presidente del club anfitrión ayudó al jugador inglés a ponerse la Chaqueta Verde. En 2002, Tiger Woods logró su segunda victoria seguida en el Masters y también fue ayudado por el presidente del Augusta National.

 

DISCRIMINACION CONTRA LAS MUJERES

A pesar de las protestas contra su política discriminatoria, el veto a las mujeres para ser socias en el club más prestigioso del mundo se mantuvo vigente hasta el verano de 2012. El 20 de agosto el club admitía , por primera vez en la historia, la inclusión de mujeres como socias. Y por partida doble. Condoleeza Rice, ex secretaria de Estado estadounidense, y la empresaria Darla Moore fueron invitadas a formar parte del Augusta National.

La polémica había llegado meses antes hasta Barack Obama. “La opinión personal del presidente es que las mujeres deberían ser admitidas en el Augusta National”, dijo entonces el portavoz de la Casa Blanca.

La protesta más sonada contra la discriminación femenina fue sin duda la protagonizada en 2002 durante el Masters a las puertas del Augusta National por Martha Burk, presidenta del Consejo Nacional de Organizaciones de Mujeres. Después entró en escena el Ku Klux Klan apoyando al club para que pudiera seguir eligiendo a sus socios "según la raza, sexo, credo o religión".

Más tarde Hootie Johnson, presidente del Augusta National, echó más leña al fuego al afirmar en rueda de prensa que "los 300 socios del club han decidido por unanimidad no admitir a mujeres como socios". A pesar de lo que pudiera parecer, Johnson es considerado uno de los personajes más progresistas del golf y de hecho su apoyo fue clave para la admisión del primer socio de color, en 1991.

J.J. Harper, mago imperial del grupo del KKK, pidió permiso al sheriff del condado de Richmond para manifestarse durante el torneo. "Nos manifestaremos en favor de los derechos del Augusta National de elegir sólo a quien quieran como miembro del club", dijo. La noticia generó la casi inmediata reacción de Martha Burk: "Estoy segura de que el Augusta National da la bienvenida al apoyo del Ku Klux Klan, porque parece estar a favor de la discriminación contra las mujeres a cualquier costo". "El Augusta National no debería conmocionarse ante este tipo de apoyo... Se comportaron de una manera en la que atraen este tipo de apoyos", agregó con ironía acerca del grupo racista.

El club intentó frenar la polémica. "Cualquiera que conozca algo del Augusta National Golf Club o de sus miembros sabe que esto no es algo a lo que el club le dé la bienvenida o apoye", dijo un portavoz del club.

Harper explicó que su grupo se interesó en manifestarse a favor del Augusta National cuando se enteró de que el reverendo Jesse Jackson, del Partido Demócrata, decidió ir a Augusta para sumarse a la manifestación de rechazo a la discriminación contra las mujeres. "No queremos a Jesse Jackson en nuestro estado", dijo.

 

COMENTARISTAS CASTIGADOS

Un conocido comentarista de televisión utilizó las palabras “cera depilatoria” y “bolsas para meter cadáveres” a la hora de describir los greenes de Augusta National durante la retransmisión por la CBS en 1993. A la cadena de televisión se le pidió que le quitase del equipo. El comentarista no volvió a retransmitir nunca más el Masters. Lo mismo ocurrió con otro reputado periodista deportivo, que calificó a los espectadores de gentío, lo que le costó permanecer cinco años en el ‘exilio’.

 

LA DISCRECIÓN DE LOS SOCIOS

Los socios controlan todo, quién viene y quién no, aunque todavía nadie sabe exactamente quiénes son. Parece que son unos 300, y entre ellos se incluye a los gerentes de las más importantes empresas de América, así como antiguos miembros del Gobierno. Sam Snead, un veterano con seis décadas de Masters a sus espaldas, fue muy explícito al respecto: “No podría decirle el nombre de cinco socios de Augusta. No acuden a la cena del campeón y no vienen a la casa club cuando el torneo se está disputando”.

 

PRÉSTAMO ¡A 50.000 AÑOS!

Bob Jones tuvo una mente privilegiada y se graduó primero en Ingeniería Mecánica, luego en Literatura Inglesa por Harvard y finalmente cursó la carrera de abogado. No tenía ninguna intención de convertirse en profesional del golf aunque ganó dinero filmando en Hollywood películas de enseñanza de golf. Cuando necesitó una casa, los socios de East Lake reunieron el dinero suficiente para comprarle una, pero la Asociación de Golfistas de Estados Unidos le advirtió de que si aceptaba el regalo perdería su condición de amateur. Así que su abuelo le prestó los 50.000 dólares que necesitaba. Los términos de devolución del préstamo establecían que pagaría ¡un dólar anual durante 50.000 años!

 

EL NEGOCIO DE LAS ENTRADAS

En 1946 la dotación en premios se duplicó hasta totalizar 10.000 dólares, así que el club decidió cobrar 3 dólares por los pases semanales y 5 por los del fin de semana. Al principio no funcionó bien eso de pagar. En 1947, se contabilizaban 5.000 espectadores en un día.

La CBS retransmitió por primera vez el torneo en 1956. La cadena tuvo que anular la señal televisiva en un radio de 200 millas en torno a Augusta National para así ayudar a que la gente acudiese al campo. A los vecinos de Augusta se les dijo que era su obligación cívica adquirir entradas porque el Masters era el único evento que atraía la atención nacional sobre su ciudad. Se vendieron un montón de entradas esa semana. Luego vino Arnold Palmer y las entradas no se consiguieron con tanta facilidad. En 1978, el Augusta National desistió de utilizar ya la lista de espera para la gente que quería comprar entradas: el tiempo medio de espera superaba el tiempo de expectativa de vida de los peticionarios. Las entradas para el Masters pasan de generación a generación y son uno de los mejores negocios en el ámbito de los eventos deportivos: 200 dólares por un día (domingo). Los reventas pueden obtener hasta 10.000 dólares por las entradas, pero los socios llegan hasta a contratar detectives privados para detener y llevar a juicio a esa gente.

 

UN CAMPO DE 101.000 DÓLARES

“Nadie aprende a diseñar un campo de golf simplemente por jugar al golf, no importa lo bien que lo haga”, dijo Bobby Jones, quien eligió al escocés Allister Mackenzie para diseñar Augusta National después de haber visto el campo de Cypress Point en California. Al final, la construcción del campo costó 101.000 dólares. El diseño con que se estrenó tenía 22 búnkers, algo más de la mitad que hay en la actualidad: 40. La casa club original fue construida en 1854.