Todas las miradas estaban puestas en él, como no podía ser de otra manera. El regreso de Tiger a la competición, y encima a qué torneo, no defraudó. El mejor golfista de las últimas décadas ha demostrado en su primera jornada en el Masters que a sus 46 años y con las graves lesiones que le produjo su accidente en febrero del año pasado aún conserva la magia de su juego.

Con 1 bajo par, el californiano es décimo en la clasificación, que encabeza el coreano Sungjae Im con -5. Segundo es Cameron Smith, con un golpe más, y la tercera plaza la comparten, con -3, Danny Willet, Joaquín Niemann, Scottie Scheffler y Dustin Johnson.

El comienzo español en el Augusta National ha sido dispar. Jon Rahm, actual número dos del mundo, protagonizaba una ronda de altibajos, con cuatro bogeys y dos birdies, y es 43 en la clasificación, Sergio García mostraba un juego más fino y terminaba los 18 hoyos al par, lo que le sitúa en el puesto 19. Jose María Olazábal, el tercer español en el Masters, también poseedor de una chaqueta verde de campeón del torneo como Sergio, concluía su primera ronda con 77, 5 sobre par, y ocupa la 77 plaza.

Lo que está claro es que los ojos de la afición a este deporte en todo el mundo están puestos en Tiger. Y es que, por lo visto en la primera ronda, el extraordinario jugador californiano podría incluso ser capaz de dar la gran campanada y llegar a igualar el record de seis victorias en el Masters que ostenta Jack Nicklaus.