No siempre vivir en una casa junto a un campo de golf es como estar en el paraíso. Para una pareja de Massachusetts la experiencia se convirtió más bien en un infierno... del que han logrado salir con un suculento premio.
Erik y Athina Tenczar, de 43 y 36 años respectivamente, los protagonistas de esta historia, compraron en 2017 una casa de 750.000 dólares junto al campo de golf del Indian Pond Country Club en Kingston. Desde que entraron a vivir allí, las bolas de golf de los jugadores que tiraban desde el tee del hoyo 15 han golpeado insistentemente su casa.
Viendo que el asunto afectaba no solo a su tranquilidad sino a la seguridad física de la pareja y de sus tres hijas, decidieron denunciar al club de golf, y como testigos de cargo presentaron las casi 700 bolas que habían recogido tras haber impactado o penetrado en su casa, muchas veces rompiendo cristales de sus ventanas, 26 concretamente. Los Tenczar declararon sentirse bajo una amenaza constante por el posible impacto de las bolas de golf. Incluso sus hijas y sus amistades tenían que usar casco cuando jugaban en el exterior como protección ante posibles impactos.
En diciembre del año pasado, un jurado dictaminó la culpabilidad del club de golf y lo condenó a indemnizar a los Tenczar con 3,5 millones de dólares, por daños y sufrimiento mental y emocional. Esa cantidad se ha convertido en 4,9 millones al sumar los intereses después de que el club hubiera apelado infructuosamente la decisión del jurado.