Clarke

Apenas un mes después de que Rory McIlroy se convirtiera en el ganador más joven del U.S. Open desde 1933 y un año después del triunfo de Graeme McDowell en el mismo evento, otro norirlandés, Darren Clarke, se unió a ellos en el club de ganadores de Grandes con un rendimiento sorprendente en el Royal St George's, en Sandwich.

A sus 42 años, Clarke se convirtió en el campeón de más edad del Open desde 1967 y su hazaña le catapultó desde el puesto 111 del Rarnking Mundial hasta el 30. Conseguía alzar victorioso la Jarra de Clarete, el conocido trofeo del Open, en su vigésima participación en el torneo y en su 54º asalto a un Grande.

El norirlandés se impuso por  tres golpes de diferencia a los norteamericanos Phil Mickelson y Dustin Johnson, y extendió a seis la racha de victorias de jugadores del Circuito Europeo en los cuatro Majors, que comenzó después del triunfo de Mickelson en el Masters del año pasado. Estos  tres jugadores más Thomas Bjorn, que quedó cuarto, fueron los únicos cuatro que acabaron con un marcador global bajo par.

"Es realmente increíble”, declaró Clarke, desbordabo por la emoción al mencionar a sus dos hijos, huérfanos de madre desde 2006, cuando su esposa Heather murió de cáncer de mama. "Es para los niños", dijo aludiendo al triunfo.

Darren supo como nadie lidiar con un campo difícil y unas condiciones meteorológicas tremendamente adversas, y con un cierre de 70 golpes contra el viento y la lluvia terminó su triunfal actuación con un total 275 impactos, cinco bajo.

La estrella de la Ryder Cup de 2006 –fue el héroe de la victoria seis semanas después de haber perdido a su mujer– llegó al green del 18 con la tranquilidad de saber que tenía hasta tres putts para embocar el ansiado golpe del tan largamente esperado triunfo.

El danés Bjorn, cuarto esta vez, no revivió la ventaja de tres golpes con cuatro hoyos por jugar que protagonizó en 2003.  Esta vez esa ventaja correspondía a Clarke, que se puso a cuatro de Johnson cuando éste se fue fuera de límites en el 14 y a otros tantos de Mickelson cuando el Zurdo de Oro embocó cuatro bogeys en seis hoyos.

"Estoy un poco sin palabras", dijo Clarke. "En el último par de hoyos trataba de no cometer errores estúpidos y jugar con mucho cuidado”, añadió.

Mickelson, quien al igual Clarke hizo su debut en el Open en 1991, se había encaramado al liderato compartido tras superar los siete primeros hoyos con un increíble cinco bajo par, pero cerró los nueve segundos con 38 y tuvo que conformarse con una mejora de su tercer puesto en el Open en la que hasta ahora había sido su mejor actuación en este torneo, en Troon hace siete años.

Sólo dos jugadores habían ganado su primer Grande con más edad que Clarke: Jerry Barber, con 45 años, en 1961 en el U.S. PGA Championship,Roberto De Vicenzo, con 44 años, en el Open Británico de 1967.

Y en el Open Británico sólo tres campeones han sido mayores que Clarke: De Vicenzo, Harry Vardon y Old Tom Morris.

No ha sido Clarke el jugador peor clasificado en el Ranking Mundial en triunfar en Royal St. George’s, ya que esa marca corresponde a Ben Curtis, que ganó hace ocho años cuando ocupaba el puesto 396 de la citada clasificación.

Gracias a su victoria, Clarke aumentó su cuenta corriente en poco más de un millón de euros de los 5,4 millones que repartió en premios el torneo. El campeón ha ganado este año el Iberdrola Open en Mallorca y acumula catorce triunfos en el Circuito Europeo, algunos de la importancia del Volvo Masters 1998, el WGC Match Play 2000 o el WGC NEC Invitational 2003.

Una de las decepciones del torneo fue la encarnada en Rory McIlroy, el joven ganador del U.S. Open. Sólo fue capaz de bajar del par del campo un día, y al final acabó clasificado en el puesto 25º. Peor le fueron los golpes al defensor del título, el sudafricano Louis Oosthuizen, que, con 293 golpes, fue 54º. Y aún peor al número uno del mundo, Luke Donald, que no superó el corte con sus rondas de 71 y 75.

 

¿Y los españoles?

Sergio García, noveno clasificado, fue el español más destacado en el Open Británico tras haberse recuperado de la nefasta vuelta del sábado (74) y haber firmado el domingo la mejor ronda del día (68), sólo igualada por Mickelson. El castellonense, con dos primeras rondas de 70, totalizó 282 golpes.

Aunque Miguel Ángel Jiménez fue durante tres jornadas el aspirante español más aguerrido, hasta el punto de situarse entre los cinco mejores, siempre muy cerca de los líderes, finalmente fue Sergio quien acaparó el papel de mejor español en la competición gracias, fundamentalmente, a una actuación brillantísima el último día,  que le permitió escalar significativas posiciones en la clasificación final.

Jiménez, por el contrario, resbaló desde la quinta plaza con la que inició el domingo hasta el puesto 25, todo ello producto de una solidísima actuación durante 54 hoyos lastrada por una vuelta final repleta de dificultades a las que no encontró la solución adecuada. Sus 78 hoyos, que contrastan con los 66 del primer día, le hicieron sumar un total de 287.

Pablo Larrazábal, trigésimo, con 289 golpes, fue el otro español que superó el corte. El barcelonés, muy firme durante 36 hoyos, se fue descolgando de las primeras posiciones en los 36 siguientes aunque ha vuelto a poner de manifiesto el buen momento de forma que atraviesa desde principio de temporada.

Ni Alejandro Cañizares ni Álvaro Quiros lograron superar el corte. El malagueño estuvo muy cerca, pero el +4 no fue suficiente. Mientras que el gaditano, que llegaba con la muñeca dolorida, acabó el día con +9 para +14 en total.