“LA COSTA DEL SOL ES EL MEJOR DESTINO DE GOLF DE EUROPA Y PROBABLEMENTE DEL MUNDO”

Ricardo Arranz, presidente del costasoleño Villa Padierna Golf Resort y de la Federación Andaluza de Urbanizadores y Turismo Residencial, habla con orgullo de su club, se queja de lo fiscalmente castigado que está el golf  y dice que el golf andaluz tiene un gran potencial de crecimiento. Eso sí, reivindica un mejor marketing, sin reparar en gastos, para promocionar la Costa del Golf como destino de golf.

–Villa Padierna es uno de los grandes resorts de golf de Europa y su realización supuso una enorme inversión. Con la perspectiva que dan los casi quince años desde que se inauguró el primero de sus campos, ¿ha merecido la pena ese gran esfuerzo económico?

Villa Padierna Golf Club ha sido la realización de un sueño en una finca de cinco millones de metros cuadrados en los que hemos hecho tres campos de golf, una academia dirigida por el campeón del Open USA Michael Campbell y un hotel de cinco estrellas. Este sueño, de alguna forma, ya lo realicé cuando con 28 años compré La Quinta.

Villa Padierna es, en cierto modo, una repetición de aquello; un lugar un poco apartado de los centros neurálgicos de la Costa del Sol, pero que a través de los campos, la academia, y sobre todo el hotel, trata en estos momentos de ser un referente como resort turístico de golf y como marca.

Respondiendo a su pregunta: sí, ha merecido la pena.

–¿Qué es lo más destacaría de todo el resort: los campos, el hotel de cinco estrellas gran lujo, la academia Michael Campbell, el spa, el club de mar, el racquet club…?

Nacimos cuando acababa el boom inmobiliario y hemos pasado estos años de crisis con enormes dificultades. A lo que hay que añadir el castigo fiscal que se ha aplicado al golf y a los hoteles de cinco estrellas. Hoy estar vivos más que un mérito es una suerte, porque no puedo entender que el golf, que es una herramienta clave para desestacionalizar el turismo convencional, esté tan castigado.

Lo que destacaría por tanto, además de los campos y el hotel, es haber sobrevivido a todas estas dificultades.

–¿Qué supuso para  Villa Padierna que se alojaran en el resort la esposa del presidente Obama y una de sus hijas?

Eso fue un hito para nosotros. Tenemos que entender que fue la primera vez en la historia de Estados Unidos que una primera dama sale de vacaciones fuera de su país, pese a la gran campaña mediática que hubo en contra.

Fue un antes y un después en lo que se refiere a la promoción internacional de Villa Padierna y un gran impulso para la imagen de toda la Costa del Sol.

–En su calidad de presidente de la Federación Andaluza de Urbanizadores y Turismo Residencial, ¿cómo definiría el momento actual del mercado inmobiliario en la región y cómo se prevé el futuro a corto plazo?

Lo he dicho muchas veces y estoy convencido de ello: el turismo residencial, como bien dice la Presidenta de la Junta, es la industria más importante de Andalucía en estos momentos. Es verdad, como también dice ella, y yo subscribo, que tenemos que apostar por la calidad y el lujo.

¿Que cómo veo el futuro? Creo que los diez mejores años de la Costa del Sol comienzan ahora. Porque nunca hemos tenido unas infraestructuras como las que tenemos y porque volvemos a ser un referente mundial para el residencial de alto standing en el mejor clima de Europa y con una seguridad total en todos los aspectos.

–Usted ha dicho en unas declaraciones que la Costa del Sol es una mina de oro que tenemos que saber vender y aprovechar. ¿De qué forma se podría vender mejor este destino turístico?

Nuestros mayores enemigos somos nosotros mismos. Nunca hemos sabido vender ni comunicar. Por eso creo que alguien tiene que aportar una dosis de sentido común y fomentar la unión de las administraciones con los empresarios y buscar profesionales para comunicar y vender, como hacen los franceses, los italianos, los suizos...

Tendremos que pagar lo que sea necesario para hacer el mejor marketing del mejor destino de Europa.

–¿Cree que las autoridades políticas son realmente conscientes de la importancia del golf como segmento turístico clave en la atracción de visitantes en la temporada baja de sol y playa?

Empiezan a ser conscientes. Han tenido, en general, la impresión errónea de que el golf era un deporte de y para ricos y no querían "mancharse" con eso. Ahora se dan cuenta que el golf, como la nieve o el mar, es un elemento imprescindible de la industria turística, que puede generar mucha riqueza y muchos puestos de trabajo.

Podría parecer que la Costa está saturada de campos de golf, pero mi opinión es que no estamos ni empezando, caben muchísimos más: lo único que hace falta es otra vez comunicarlo, otra vez hacer un buen marketing..., y creernos que éste es el mejor destino de golf de Europa y posiblemente del mundo.

–La Junta de Andalucía ha hecho una fuerte apuesta para intentar que la Solheim Cup se celebre en la región. ¿En qué medida influyen los grandes torneos en la atracción de turistas de golf a un destino turístico?

Todo este tipo de eventos, como fue la Ryder Cup, son muy importantes. Nosotros hicimos en Flamingos torneos del Tour  Senior y del Femenino, y nos dio mucho espacio en prensa, radio y televisión.

Hacer grandes torneos es importante pero no es suficiente. Tenemos que convencernos de que nuestro golf es el ski de Suiza y obrar en consecuencia en cuanto a la promoción.

–¿Es partidario de invertir más en la atracción de mercados emergentes o remotos o en la fidelización de aquellos consolidados? En otras palabras, ¿merece la pena gastar más en promoción en China o Rusia o es mejor reforzar nuestra imagen en Reino Unido, Alemania y Escandinavia?

No me cabe la menor duda de que debemos  consolidar los que tenemos, porque hay una inmensa masa de jugadores en estos países que en invierno o tienen sus campos cerrados o el mal tiempo les impide jugar. Los mercados emergentes hay que tenerlos en cuenta, por supuesto, pero sabiendo que son sólo eso: emergentes.

–¿Qué es, en general, lo que más aprecia el golfista que visita la Costa del Sol y lo que menos le agrada?

Lo que más el clima excepcional, la seguridad, insisto, la calidad de los campos... Lo que nos falla es el servicio, la sensibilidad para tratar al visitante, que no es la que esperan cuando vienen.

En este aspecto yo reivindico la vuelta de los caddies, como en otros muchos países en los que es una dignísima profesión.