El riego de los campos de golf, debido a la gran cantidad de agua que requieren, lleva tiempo siendo objeto de críticas por parte de determinados sectores de la sociedad, sobre todo algunas asociaciones ecologistas. Lo cierto es que los actuales sistemas de riego informatizados y la calidad de las redes de conducción del agua no tienen nada que ver con las anticuadas tuberías y formas de riego de antaño. Cada gota de agua se aprovecha al máximo, y más en los tiempos de crisis que corren, donde se mira con lupa hasta el último céntimo.
Catedráticos de distintas universidades, expertos agrónomos y autoridades de diversas áreas vienen demostrando que la existencia de campos de golf resulta positiva para el medio ambiente donde se enclavan, por la preservación y cuidado de la flora y fauna, y que el beneficio que, en términos de empleo, genera el uso del agua es mayor en el golf que en la agricultura.
La empresa pública Acosol, dependiente de la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol Occidental, es un ejemplo de buena gestión en la regeneración del agua potable y su abastecimiento a campos de golf. No en vano, suministra agua reciclada a 35 campos en la actualidad. Para dentro de dos años, y quizá antes, podrían regarse la totalidad de los campos de golf costasoleños, según dice el consejero delegado de Acosol, Juan Carlos Fernández-Rañada de la Gándara. “Siempre y cuando”, apostilla, “cumplan las administraciones, porque las obras que dependen de la Junta de Andalucía van mal”, y cita dos estaciones depuradoras: “La Víbora va muy despacio y Guadalmansa tres cuartos de lo mismo, la ampliación está prácticamente parada, por falta de fondos se supone”.
El máximo responsable de Acosol señala que se está a punto de licitar las obras de La Víbora, que permitirán duplicar la capacidad de producción de agua reciclada en esa estación depuradora, cuyo abastecimiento podría llegar a todos los campos de golf de la zona oriental del municipio de Marbella. Las obras durarán como mucho dos años. La conducción de Fuengirola a Mi- jas ya se está ejecutando y se terminará en un año, “siempre y cuando se mantengan los compromisos de las obras, que en Guadalmansa de momento no se están cumpliendo”, remarca Fernández-Rañada. “Cuando estén terminadas estas obras podremos regar con agua regenerada todos los campos de golf de la Costa del Sol”, asegura. –¿Qué volumen de agua regenerada produce Acosol? En 2010 produjimos y suministramos 3.700.000 metros cúbicos, y en 2011, a falta del último trimestre, ya hemos sobrepasado esa cifra. Si computamos este trimestre como el del año pasado, estaríamos en un crecimiento anual de casi un diez por ciento. Casi toda esa agua es para el golf, ya que sólo se riegan dos o tres instalaciones puntuales distintas. Con la tubería de La Víbora sí podemos regar todas las zonas verdes públicas de Marbella, al menos desde el casco urbano hasta Cabopino.
-Si esa agua reciclada no se empleara en el golf, ¿qué destino tendría?
–Se tiraría directamente al mar. Nosotros podemos llegar a una producción de agua reciclada suficiente para regar no sólo todos los campos de golf de la Costa del Sol, sino también todas las zonas verdes públicas. Se trataría obviamente de un problema de distribución, de hacer llegar el agua a cada zona verde, lo que requeriría unas inversiones. Podríamos tener una capacidad de reciclado de agua equivalente a la mitad del embalse de La Concepción (el que suministra agua a Marbella y varios municipios costasoleños, llegando hasta Torremolinos), que tiene una capacidad de 20 hectómetros cúbicos
-¿Qué calidad tiene el agua regenerada por Acosol?
–Si no supiésemos de dónde viene, la podríamos hasta beber. Es literalmente agua potable.
-¿Qué ingresos genera esa agua suministrada a los campos de golf?
–En esto tenemos nuestros más y nuestros menos con los campos porque se está aplicando una tarifa que no se ajusta a los costes de producción, por razones seguramente políticas de hace un tiempo. Una vez que veamos los costes reales de la nueva producción que tenemos ahora, cuando se ponga esto en marcha, creo que habrá que hacer una actualización de precios. No pretendemos ganar dinero con la tarifa, pero al menos habrá que cubrir los costes de producción, que al día de hoy no se cubren.
-Hay campos se quejan por el precio del agua. ¿Es quizá porque tienen pozos propios?
-Dicho coloquialmente, algunos se hacen muchas trampas en el solitario. El precio de nuestra agua es muy bajo, muchísimo más barato que el agua doméstica. El precio del agua reciclada es de 15 céntimos el metro cúbico, mientras que la doméstica puede ser de hasta un euro.
–¿Qué coste puede suponer para un campo de golf el riego con agua regenerada?
-Nosotros hemos estado suministrando una media de entre 300.000 y 400.000 metros cúbicos por año y campo –depende de la utilización–, lo que, multiplicado por 0,15, nos da una idea del gasto (entre 45.000 y 60.000 euros). Regar un campo con agua reciclada requiere entre 2.500 y 3.000 metros cúbicos día, lo que pasa que no se riega todo el año porque hay tres meses de media que no hace falta (época de lluvias). Cuando alguien compra algo, siempre le parece caro, pero realmente no es una gran partida en las cuentas de un campo de golf. Y hay que tener en cuenta que los beneficios medioambientales son inmensos para toda la sociedad, porque no es razonable regar con agua potable cuando existe la posibilidad de hacerlo con agua reciclada.
-El golf tiene detractores por su gran consumo de agua...
-Tiene muchos y yo creo que injustificadamente. Llegar a una producción masiva de agua reciclada como ésta exige un desarrollo tecnológico importante y unas inversiones muy fuertes en las estaciones depuradoras, algo que se hace en muy pocos sitios. Poder reutilizar el agua que se iba a perder en otro caso y que además al reutilizarla evitamos el consumo de agua potable, lo que supone no sobreexplotar los acuíferos, tiene efectos medioambientales positivos desde todos los puntos de vista. No hay cosa más ecologista que utilizar agua reciclada. Hay que desactivar esas idea errónea de que los campos de golf son contraproducentes para el medio ambiente, cuando es precisamente todo lo contrario. En el desarrollo del Plan General de Marbella, cuando se revisaron los campos de golf del municipio, al final se hacía un auténtico alegato diciendo que era la cosa más ecológica que se había hecho en Marbella, por la reproducción de especies vegetales que estaban perdidas y por trasformar auténticos secarrales en jardines con una riqueza de flora y fauna magnífica.