Felipe Arranz, consejero de Villa Padierna Hotels & Resorts, se muestra muy optimista respecto al gran futuro que le espera al conocido complejo costasoleño de tres campos de golf y el prestigioso hotel donde se alojó la entonces primera dama de Estados Unidos Michelle Obama y una de sus hijas.
Y más ahora que el emblemático Villa Padierna Palace pasa a ser gestionado por una de las marcas más importantes del mundo en explotación de hoteles exclusivos de lujo, Anantara Hotels, Resorts & Spas, de la cadena Minor Hotels, que tiene cerca de 600 establecimientos en más de 50 países y es propietario de marcas como NH Hotel Group. La cadena, de origen asiático, operará en el citado hotel y en el Villa Padierna Thermas Hotel, en Carratraca (Málaga), en régimen de alquiler y gestión.
A partir de ahora el hotel llevará el nombre de Anantara Villa Padierna Palace Marbella- Benahavís Resort y será la segunda propiedad operada bajo estas siglas en Europa. Anantara ya gestiona desde hace meses el Vilamoura Algarve Resort, en Portugal. En todo el mundo, esta marca cuenta con medio centenar de hoteles de gran lujo, principalmente en Asia, y ahora su intención es penetrar con fuerza en Europa, y han comenzado a través de estos dos resorts de golf de la Península Ibérica. Su siguiente proyecto se localiza en la costa amalfitana de Italia.
Con tres campos de golf de 18 hoyos, Academia de Golf Michael Campbell, beach club, racquet club con 22.000 metros cuadrados para actividades deportivas (tenis, padel y croquet), spa y medical wellness de 2.000 metros cuadrados, hotel de cinco estrellas, ocho restaurantes, y un lujoso y variado desarrollo inmobiliario, no hay duda de que el de Villa Padierna es uno de los resorts de golf más importantes no sólo de España sino de toda Europa.
Felipe Arranz, hándicap 9,2 sobre el papel pero de dos guarismos en la práctica según confiesa, graduado en Dirección de Empresas por la Universidad Pontificia de Comillas en Madrid y la Hochscule Reutlingen en Munich, Alemania, está convencido que el acuerdo suscrito con Minor Hoteles va a redundar positivamente en todo el resort. “Es un gran acuerdo para ambas partes y el resort va a salir muy beneficiado”, señala.
–¿Qué implicaciones tendrá para el resort el acuerdo con Minor Hotels?
–Minor Group va a gestionar todo el resort exceptuando la zona deportiva, que comprende los tres campos de golf, la academia y el racquet club. Se encargarán del hotel, incluyendo el spa, y los siete puntos de restauración: los cuatro restaurantes dentro del hotel más el beach club, La Cantina del Golf y el restaurante que da servicio al racquet club.
Al margen de los siete restaurantes que va a gestionar directamente Anantara Hotels, el resort va a contar para antes de verano con una nueva incorporación, Sushi 99, reconocido restaurante de cocina japonesa con establecimientos en Madrid, Barcelona y Abu Dabi, y que tiene previsto abrir otros en Dubai, Los Ángeles, Londres y un país del Este europeo.
–Qué va a pasar con los campos de golf?
–En principio el golf nos lo quedamos el Grupo Villa Padierna. Llevamos ya dos años con una estrategia bastante definida, intentando realzar el nombre y que los campos se identifiquen por sus características. Contamos con tres campos de 18 hoyos. El principal del resort sería Flamingos, que se encuentra en torno al hotel y es el campo comercial, el campo que por así decirlo vende nuestro golf. Es un campo fácil, con muy buenas vistas y bastante agradable.
Luego tenemos Alferini, que es nuestro championship course, el campo que se mete más en la montaña, donde prácticamente juegas tú solo, no tienes casas, no tienes ruidos alrededor, por lo que es un campo muy interesante. Es un campo largo, complicado, con agua y que está más dedicado a un cliente con handicap reducido, por así decirlo, pero que está teniendo muy buena aceptación entre todos los clientes del centro y norte de Europa.
Y por último está Tramores, que es mitad pitch and putt y mitad campo de golf normal y está enfocado más que nada a la enseñanza. Queremos combinarlo con la academia que tenemos de Michael Campbell, el campeón del US Open de 2005, que ganó a Tiger Woods, y junto con él queremos desarrollar un concepto nuevo de enseñanza de golf donde el alumno no solo sea estar en el campo de prácticas sino poder salir a disfrutar de un par de hoyos de golf, ver diferentes situaciones y poder ir corrigiendo errores e ir implementando así su golf.
Ya que el club de golf está creciendo y que también lo está haciendo el número de socios, nuestro objetivo es proporcionarles una casa club como se merecen, y ésta va a estar situada en Alferini, lo cual nos permitirá tener una casa club centralizada tanto por parte de Alferini como de Flamingos y mucho más cercana al campo de prácticas, que ahora mismo se encuentra un poco alejado. De esta forma tendrá también más sentido la distribución de los campos.
–¿Qué diferencia a Villa Padierna de otros resorts con campos de golf existentes en la Costa del Sol?
–Lo que nosotros ofrecemos es un producto muy definido que apuesta por una clientela y un producto de alto standing, de lujo. Ofrecemos unas instalaciones de máxima calidad, desde el hotel hasta la restauración y los campos de golf, por supuesto, y nos centramos muchísimo en el servicio al cliente, con un gran recibimiento y atenciones constantes desde que entra en nuestro resort hasta que se va. Lo que estamos ofreciendo no es simplemente venir a jugar a un campo de golf, sino una experiencia muy grata en todos los sentidos. Se podría decir que la excelencia es nuestra seña de identidad.
–En el ámbito residencial, ¿con qué productos inmobiliarios cuenta Villa Padierna?
–Cuando se compró el resort se adquirieron alrededor de cinco millones de metros cuadrados. Desarrollamos la primera y segunda fase, que es donde se encuentran el hotel y los campos de golf, y todo el producto inmobiliario, que son alrededor de mil viviendas, tanto unifamiliares como pueblo mediterráneo y apartamentos, y ahora el futuro es el desarrollo de la segunda fase, que comprende 192 parcelas unifamiliares. Es un concepto que queremos desarrollar de una urbanización dentro de una urbanización, potenciando así la seguridad y la intimidad de los residentes. Estamos recibiendo bastante demanda de inversores tanto extranjeros como nacionales. El precio de salida será de entre 600 y 800 euros por metro cuadrado y estamos hablando de parcelas de 2.200 metros cuadrados o superiores.
Felipe Arranz aborda el futuro turístico y del mercado residencial de la Costa del Sol con optimismo a pesar de los síntomas de parón económico que podrían preludiar un periodo incluso de recesión, según apuntan diferentes fuentes. “Estamos bien posicionados y hay que saber aprovechar Marbella como marca, hay que desarrollar este diamante en bruto que tenemos, y creo que todavía no somos conscientes de ello”.
En opinión del consejero de Villa Padierna Hotels & Resorts, “es necesario trabajar en conjunto, con el resto de empresarios, que es un poco lo que nos ha faltado en los últimos años, hay que intentar unir fuerzas, potenciar la marca y desarrollar todo al nivel que se lo merece. Y no ir apostando por negocios simplones y cortoplacistas sino por una estrategia a largo plazo donde todos vayamos en la misma dirección y todos nos potenciemos porque seguramente, como bien dice mi padre (Ricardo Arranz, presidente del Grupo Villa Padierna), los mejores años de Marbella están por llegar y es cuando tenemos que estar atentos y no desaprovechar las oportunidades”.
Con muchísimo trabajo y responsabilidades como consejero del Grupo Villa Padierna, Felipe Arranz no juega al golf tanto como le gustaría, pero muestra su intención de revertir un poco la situación. “La verdad”, dice, “es que el año pasado me obsesioné un poco porque, teniendo en cuenta que somos propietarios de varios campos, teníamos que rendir, por así decirlo, en los campos de golf. Mi objetivo fue entonces bajar de los dos dígitos y el verano pasado conseguí llegar a un hándicap de 9,2. Ahora claramente no lo cumplo pero habrá que retomarlo un poco de cara al verano, ya que vienen las amistades y los compromisos, y habrá que volver a estar fino”.