“EL PRINCIPAL PROBLEMA DE LOS PROFESIONALES ES QUE NO HAY DINERO DE ESPONSORIZACIÓN, NI PARA ELLOS NI PARA TORNEOS"

Malagueño, 44 años, padre de dos hijos, handicap 4, economista con despacho en Marbella, comienza su relación con la RFGA en 2006 al aprobar unos exámenes como árbitro. La afición arbitral de Pablo Mansilla surgió al empezar a discutir muchísimo y de forma muy divertida sobre reglas de golf en foros de internet.

–¿Qué funciones desempeña el presidente del Comité Técnico de Profesionales y director deportivo de la RFGA?

–Como presidente del Comité, tratar de que los profesionales tengan su espacio dentro de la Federación, básicamente en tres vertientes: una es ayudar a los nuevos profesionales en la competición, otra es el Campeonato de Andalucía de Profesionales, que hoy en día no se juega como tal sino como Alps de Andalucía y llevamos ya cuatro años celebrándolo, y una tercera vertiente, que tratamos de poner en marcha junto con la APG, es la formación de los profesionales.

Lo de director deportivo es una idea que surge de la Federación Española. Antiguamente el director deportivo de la Federación era una persona contratada que dirigía los torneos que pertenecían a su comité. En un momento determinado la Federación decide que los torneos, a semejanza de lo que pasa en el Circuito Europeo o en el Challenge Tour, deberían de llevarlos personas con un perfil arbitral, personas con conocimientos de reglas, informáticos y de administración y organización de torneos. Y por eso se ha trasladado a la Andaluza.

–¿Cuáles son los principales problemas que afectan a los profesionales andaluces?

–El principal es que no hay dinero de esponsorización, ni para ellos ni para torneos. El propio Circuito Europeo ha bajado de siete pruebas que teníamos en España a una. Pero ése es el problema de los profesionales de competición, que son una minoría. La mayoría de los profesionales se dedican a enseñar a jugar al golf a otros jugadores y contribuyen de forma muy importante al desarrollo del golf en España, porque si no existiesen y si no fomentasen la práctica del golf, habría muchos menos golfistas. Pero sí es verdad que los que más proyección pública tienen son los profesionales de competición. El problema es que hay que ser muy bueno para poder triunfar, porque básicamente ya no existe un circuito profesional español, ha desaparecido. Ya no hay ese apoyo que daban en su día firmas como Peugeot, Oki o Loewe, y ahora sólo se mantiene un circuito profesional europeo con sus tres niveles: Europeo, Challenge y Alps. Nosotros estamos integrados en el Alps Tour, pero son muy poquitos torneos en España, sólo tres. El problema es que la dotación económica es escasa y con eso no puedes vivir, aunque sí te sirve para coger experiencia. Pero para eso necesitas dinero. Para ser miembro del Alps tienes que jugar al menos seis competiciones al año en cuatro países distintos. Como hay tres torneos en España, tienes que jugar también en Francia o Italia,  y eso cuesta mucho dinero. El premio es que accedes al Challenge Tour si quedas entre los cinco primeros al final de la temporada.

–¿Cuántos golfistas profesionales hay en la actualidad en Andalucía?

–Puede haber en torno a los 280 profesionales de golf. Jugadores que verdaderamente quieran dedicarse a la competición son muchísimos menos, entre 25 y 30.

–En sus años de ejercicio como árbitro ¿ha  tenido algún altercado con algún jugador por culpa de las reglas o siempre han prevalecido las buenas maneras?

–La verdad es que todo el mundo se ha comportado correctamente. No te tenido nunca ningún enfrentamiento en mi labor como árbitro.

–¿Cuál es la regla habitual más desconocida para el jugador medio?, ¿en qué suele errar más?

–Creo que el problema del jugador español es que casi todos tienen un error de conceptos básico. En las reglas de golf hay un principio fundamental que dice que hay que jugar la bola como repose, tal como la encuentres. Eso en el jugador moderno, y en el español en particular, cada vez se entiende menos. Lo de jugar la bola como reposa, es decir, no tocar la bola desde que sales hasta que terminas el hoyo, no acaba de cuajar. Es verdad que hay muchas excepciones, ya que puedes dropar una bola porque tengas un alivio, porque el campo esté en malas condiciones y estamos colocando bola, pero eso ha hecho que empiecen a no entender que el principio fundamental es que la bola no se toca. Y cuando se toca la bola porque tienes derecho a un alivio, no la tocas con el suficiente respeto y pretendes beneficiarte de ello, cuando la reglas sí que están para beneficiarte, pero no tanto.

–También tiene responsabilidades federativas sobre pitch and putt. En Andalucía, a diferencia de otras comunidades, sobre todo Cataluña, el pitch and putt no está muy extendido. ¿Qué futuro augura a este tipo de campos?

–Yo creo que el pitch and putt es nuestro futuro, porque uno de los problemas de golf es el tiempo que requiere jugar un campo de 18 hoyos y las instalaciones que necesita. El pitch and putt necesita unas instalaciones mucho más pequeñas y se juega en mucho menos tiempo, y además es muy divertido porque es mucho más fácil hacer birdies que en un campo largo.