A una hora apenas del corazón de la Costa del Sol y a veinticinco minutos de Málaga hay un lugar mágico, uno de esos sitios en los que merece la pena perderse, aunque sea por unos días, porque es algo único en España.

Es el Villa Padierna Thermas Hotel en el pueblo de Carratraca, fronterizo con la serranía de Ronda, una de las puertas del Valle del Guadalhorce, y situado a los pies de la Sierra Blanquilla de la que emana el más famoso manantial de aguas sulfurosas, con grandes propiedades curativas, de Andalucía.

Parece que el "turismo de salud" comenzó en Carratraca en la época de los romanos. También los árabes, siglos después, utilizaron estas aguas "milagrosas". Ellos fueron los que dieron nombre al pueblo: "Karr-al-krak", que se puede traducir como "limpieza de lacra". Y era aquí donde limpiaban sus impurezas. Parece ser que el caudillo Omar Ben Hafsum utilizó este manantial para su retiro y relax en múltiples ocasiones.

A mediados del siglo XIX las aguas fueron declaradas de utilidad pública y Fernando VII mandó construir un balneario de estilo neoclásico hecho en piedra arenisca y mármol.

Desde entonces no han dejado de venir ilustres personajes a "tomar las aguas" a Carratraca : La Emperatriz Eugenia de Montijo (esposa de Napoleón III), el político español mas famoso del S. XIX, Cánovas del Castillo, escritores y poetas como Rainer María Rilke, Lord Byron, Alejando Dumas, Campoamor, Vicente Aleixandre o Antonio Gala, y más recientemente, actores como Antonio Banderas.

Hace unos ocho años, la Therma Romana de Carratraca renació con más fuerza que nunca por el empeño personal de Ricardo Arranz, propietario también del resort Villa Padierna en la Costa del Sol, que cuenta con un lujoso hotel de cinco estrellas y tres campos de golf.

Arranz decidió recuperar esta joya histórica, adaptándola a las nuevas tecnologías y a las necesidades actuales del turismo de salud; y ha conseguido que de nuevo este balneario clásico vuelva a ser considerado por la "sociedad" de todo el mundo y que a Carratraca, casi en el centro de la provincia de Málaga, se le vuelva a llamar el "pequeño Montecarlo".

Fueron dos años de una intensa remodelación para recuperar todo el esplendor de aquel Hostal del Principe original, construido casi en exclusiva para el rey.

El hotel actual, con 43 habitaciones, tiene el encanto del lujo sereno, clásico, sin alharacas, relajante, moderno, lleno de detalles de calidad, de pinturas del XIX, de estatuas romanas.... Todo está previsto para "dejar pasar unos días" plenos en los que los tratamientos termales serán el eje diario.

Las aguas del Manantial de Carratraca, que emanan a 18º C, están clasificadas como sulfuradas, cálcicas y magnésicas. La acción fundamental de esta agua y de los lodos adyacentes al manantial es debida al contenido en azufre bivalente y a la presencia de otros factores mineralizantes como los bicarbonatos, sulfatos, cloruros, calcio, magnesio, sodio, potasio, y oligoelementos como el hierro, cobre, manganeso, zinc, níquel, selenio y cobalto, que pueden actuar en múltiples reacciones biológicas de oxidación-reducción. Todos estos datos están respaldados por análisis periódicos corroborados y actualizados por la Real Academia de Farmacia del Instituto de España.

Historicamente las aguas de este manantial tienen sus indicaciones más destacadas en las afecciones de la piel, aparato respiratorio, ginecología, sistema nervioso, en reumatismos y traumatología.

El efecto antioxidante del agua mineromedicinal sulfurada y su repercusión sobre el sistema inmunitario ha ampliado su utilización, en especial en el campo de la salud preventiva. Beber agua sulfurosa baja el nivel del colesterol malo LDL y es especialmente bueno para desintoxicar el hígado.

Estos efectos antioxidantes hacen que estas aguas sean idóneas para los tratamientos de estética corporal y rejuvenecimiento.

Villa Padierna, Thermas de Carratraca, tiene 5 piscinas romanas termales, 21 salas para tratamientos hidrotermales, estética facial y corporal, y diferentes tipos de masajes. Además cuenta con un hamman, amplias terrazas para el relax, sauna, piscina, gimnasio.... y unas vistas espectaculares sobre el valle del Guadalhorce.

Pero todo esto no sería completo si el trato personal y profesional de todos los empleados del hotel y las thermas no fuese exquisito, amable, simpático. Te hacen sentir como en familia, siempre con una sonrisa  en la boca y dispuestos a facilitarte todo.  No hay que olvidar tampoco la "cocina energética" que se sirve en el hotel,  diseñada para jugar un papel importante en el proceso de desintoxicación, pero que a la vez es buenísima.

En fin... si no conoce Villa Padierna Thermas de Carratraca no espere más. No se va a arrepentir y repetirá seguro.