Resistente y con talento, Hubert Green se mantuvo en lo alto en una época de gigantes. Jugando contra estrellas de la talla de Jack Nicklaus, Lee Treviño, Tom Watson, Raymond Floyd, Johnny Miller y Seve Ballesteros, Green ganó dos Grandes y otros 17 torneos del Circuito Americano, el PGA Tour. En las tres Ryder Cups que jugó, se mantuvo invicto en los singles.
Con un swing característico, que se caracterizaba por manos bajas y un tempo rápido, Green fue uno de los mejores chipeadores –valga la palabra– de la historia. A pesar de que a menudo llevaba pantalones verdes (algo inusual por entonces), se le conocía más por sus chistes. Una vez, cuando su compañero de partido Lanny Wadkins se quejó de su posición en rough alto en el U.S. Open de 1974 en Winged Foot, Green dijo secamente: "No era tan alto: todavía podía verte las rodillas".
Pero el humor de Green no pudo ocultar una voluntad competitiva que su entrenador en la Universidad del Estado de Florida, Don Veller, adjetivó como la más intensa que había visto en un deportista. Hubert alcanzó su mejor momento en la última ronda del U.S. Open de 1977 en South ern Hills. Green lideraba el torneo por un golpe cuando las autoridades lo detuvieron en su camino hacia el tee del 15 al informar de una llamada anónima diciendo que tres hombres iban a dispararle cuando llegara al green del hoyo 15. Al darle la opción entre suspender el juego ese día y volver sin espectadores al día siguiente, o seguir jugando, Green optó por continuar.
“ME IBAN A MATAR” "Yo estaba un poco más nervioso jugando el hoyo 15 porque ahí es donde me iban a matar", dijo Green. "Recorrí un largo trecho hasta el green y, cuando en posición para patear, de pronto tuve la sensación de que me iban a disparar en cualquier momento. En cuanto pegué el putt, sabía que me había quedado corto. También sabía que no había oído ningún disparo. Dije en voz alta “¡Gallina!”, y no me refería a mi putt corto”. Green hizo el par y luego otro birdie, lo que le permitió darse el lujo de anotarse un bogey en el último y aún así alzarse con la victoria
Al año siguiente, en el Masters, llegó al último hoyo con un golpe más que Gary Player y dejó su approach a un metro de bandera. Cuando estaba a punto de pegar el putt que le llevaría a un desempate, fue interrumpido por la voz de un locutor de radio. Falló el putt y perdió su oportunidad de empatar. Green se negó a culpar al locutor. “Sólo un amateur habría fallado por la interrupción", dijo, "o tratado de excusarse por ello”
Nacido en Birmingham, Alabama, el 28 de diciembre de 1946, Green creció jugando en el club de golf con el nombre de su ciudad, donde sus padres eran socios. Ágil y ambicioso, el juego del habilidoso Green se fue modelando hasta conseguir una gran precisión a la hora de conseguir meter la bola en el hoyo. "Yo sólo trato de mover un objeto de un lugar a otro", dijo en una ocasión con su habitual sentido del humor.
Elegido Novato del Año del PGA Tour de 1971, temporada en la que se anotó su primera victoria en ese circuito, en el Houston Champions International, Green ganó dos torneos en 1973 y cuatro al año siguiente. En 1976, ganó tres más, dándose la curiosidad de que todos ellos fueron seguidos. Las victorias llegaron con menos frecuencia en la década de 1980, pero el último hurra de Green fue una de los Grandes, el PGA Championship de 1985, en Cherry Hills. Luchando contra Treviño en el grupo final, Green se manejo con acierto en el juego corto para ir sumando pares y ganar por dos golpes. El protagonista dijo que ésa había sido la victoria más grande de su carrera.
Ya en su etapa de jugador senior, Green ganó cuatro torneos del Champions Tour , entre 1998 y 2002. En 2003 le fue diagnosticado un cáncer de boca, que superó tras un tratamiento de quimio y radioterapia. Sigue enrolado en ese circuito senior de Estados Unidos, aunque el año pasado sólo disputó un torneo, en el que pasó el corte.