No se puede entender el golf moderno sin la figura de Gene Sarazen, uno de los más grandes golfistas de las historia, que dominó este deporte en los años 20 y 30. Hijo de inmigrantes italianos, Gene, que cambió su nombre de nacimiento porque el que tenía italiano –Eugenio Saraceni– le sonaba a violinista, atesoró muchos triunfos en su dilatada existencia y fue el pimer golfista en ganar los cuatro torneos del Grand Slam.
El Terrateniente, como era conocido por su posesión de grandes extensiones de terreno, nació en Harrison, cerca de la ciudad de Nueva York, el 27 de febrero de 1902. Hijo de un emigrante italiano que nunca entendió de golf, Gene cambió de nombre tras vencer en su primer torneo, donde consiguió ganar veinte dólares. En él había logrado un hoyo en uno y al salir en los periódicos no le gustó como quedaba su nombre "pues parecía el de un violinista", según dijo.
Cuando empezó de caddie con sólo ocho años nadie podía imaginar que aquel chico pequeño (no sobrepasó los 165 cm. de estatura) y de complexión muy ligera iba a ser uno de los mejores golfistas de la historia. Además en aquella época únicamente practicaban este deporte los corredores de bolsa y los banqueros, por lo que para ser profesional debía superar una serie de barreras sociales.
En 1918 estuvo a punto de morir por una epidemia de gripe. Cuando se curó se trasladó a Florida, donde trabajó descargando ladrillos, mientras mejoraba su juego. Y realmente lo hizo pues sólo cuatro años más tarde había ganado sus dos primeros torneos del Grand Slam (el Open USA y Campeonato de la PGA, ambos en 1922) y un año después, con sólo 21 años, tras repetir triunfo en el PGA, serían tres las victorias en los torneos más importantes del mundo.
El resto de la década de los veinte la pasa Gene compitiendo fundamentalmente en torneos de exhibición. Por ello no será hasta 1.932 cuando venza en otro major, el US Open. Comienza así su mejor año, en el que también se impone en el Open Británico. En el torneo inglés su victoria fue posible, además de por su juego, gracias a uno de sus geniales inventos: diseñó y utilizó un palo especial para sacar la bola de la arena del búnker. Aunque la creación del mismo data de 1931 no lo sacó antes para evitar su prohibición. Hoy forma parte de la bolsa de palos de cualquier jugador de golf.
Sarazen obtuvo su tercera victoria en el torneo de la PGA en 1933, convirtiéndose dos años después, en 1935, tras su victoria en el Masters, en el primer golfista que consiguió el triunfo en los cuatro torneos que componen el Grand Slam (British Open, Masters, U.S. Open y el US PGA). Además de él sólo lo han logrado posteriormente otros cuatro jugadores: Ben Hogan, Gary Player, Jack Nicklaus y Tiger Woods.
La victoria en el Masters de Augusta de 1935 ha pasado además a la historia porque cuando en la última jornada Gene se encontraba a tres golpes de distancia del líder, estando en el hoyo 15 consiguió un albatros, en el que está considerado el mejor golpe de todos los tiempos. Pasó a la historia como "el golpe que escuchó todo el mundo". Al día siguiente se impuso en el primer hoyo del desempate.
Con el paso de los años empezó a alternar los torneos del Circuito de la PGA con el Circuito Senior. Así venció en el US PGA Senior en 1954 y 1958. Volvió a asomar a las páginas de los periódicos cuando en 1973 se convirtió en el jugador de más edad -71 años cumplidos- en conseguir un hoyo en uno en el Open Británico.
Sarazen fue miembro en seis ocasiones consecutivas del equipo de la Ryder Cup (entre 1927 y 1937). Forma parte del Salón de la Fama (Hall of Fame) de la Asociación de Golfistas Profesionales Estadounidenses desde 1941 y fue elegido para el Salón de la Fama del Mundo del Golf en 1974. Al ser uno de los participantes pioneros del Masters de Augusta, desde 1981, junto a Nelson y Sam Snead, era uno de los encargados de abrir con su golpe oficialmente cada año el torneo. Cuando en 1996 el Circuito Americano instauró el Premio al Éxito de toda una Vida, Gene fue el primer destinatario.
Gene Sarazen falleció en Florida el 13 de mayo de 1999 a causa de una neumonía. Tenía 97 años y dejaba una incomparable estela golfística como recuerdo.