Se ha cumplido el vigésimo aniversario de una de las grandes gestas del golf, la protagonizada por el seguramente más deslumbrante golfista de todos los tiempos (con el permiso de Jack Nicklaus), Tiger Woods. El escenario fue el Augusta National durante el Masters de 2001, y la hazaña, la consecución del cuarto grande en el periodo de un año. Sin embargo, el californiano ganador de quince majors no pudo anotarse el que hubiese sido el segundo Grand Slam en la historia de este deporte, ya que los cuatro grandes seguidos no se los anotó en una misma temporada, sino que correspondieron a dos temporadas aunque en un periodo de 365 días. Es por ello que lo conseguido por el jugador residente en Jupiter (Florida) no se podía catalogar en puridad como Grand Slam. Pero no supuso un problema: se creó una nueva denominación para el logro de Woods: el Tiger Slam.

De todos modos, en total el deslumbrante golfista estadounidense tendría majors suficientes a lo largo de su carrera para tres Grand Slams: cinco Masters (1997, 2001, 2002, 2005 y 2019), tres US Open 2000, 2002 y 2008), tres Open Británicos (2000, 2005 y 2006) y cuatro PGA Championships (1999, 2000, 2006 y 2007).

La particular gesta en la que Tiger encadenó los cuatro grandes de forma consecutiva, pero no en un mismo año natural, sino entre junio del 2000, cuando ganó el US Open de Pebble Beach, y abril del 2001, cuando el Masters de Augusta cerró sus once meses de ensueño, que incluyeron el Open Británico en St. Andrews y el PGA Championship en Valhalla.

Hace veinte años Woods se sometió, una vez más, a la exigencia de competir bajo una presión desorbitada, dado el calado del éxito que acariciaba al empezar el Masters. «Me han pasado cosas muy especiales, pero no creo que haya logrado nunca algo tan grande como ganar cuatro majors consecutivos. Es difícil de creer», resumió entonces Woods, que a los 25 años tocaba el cielo del golf con los dedos.

«Tienes que lograr tu pico de juego en el momento adecuado. Tienes que hacerlo todo bien, y que ocurra cuatro veces es seguida, es precioso. Algunos de los dioses del golf me miraron con buenos ojos», recordó Woods sobre aquel logro a caballo entre los años 2000 y 2001.

En aquel mes de abril en Augusta National, Woods se emocionó en el green del 18 al sellar la victoria. Y, en una imagen inusual en él, se tapó la cara con la gorra para ocultar sus sentimientos. «Fue una sensación extraña», explicó Woods en el 2001. «Cuando ya no había más golpes por jugar, fue cuando empecé a darme cuenta de lo que había hecho».

Solo cinco jugadores consiguieron a lo largo de su carrera, en diferentes años, los cuatro títulos del Grand Slam moderno del golf: Jack Nicklaus, Tiger Woods, Ben Hogan, Gary Player y Gene Sarazen. La versión original, el único verdadero Grand Slam, la logró en 1930 Bobby Jones, el creador del Masters, al ganar tanto el US Open como el British en sus versiones profesional y amateur en esa misma temporada. Hasta entonces no había ningún término para describir tal hazaña porque nadie lo había pensado posible.