Tenía 14 años cuando, en 2012, se convirtió en la amateur más joven en ganar un torneo profesional, en el ALPG Tour (Australian Ladies Professional Golf). Ahora, con 17 primaveras y ya profesional, es la número tres del mundo. Lydia Ko no es ciertamente una adolescente cualquiera.

Nacida en Corea del Sur y criada en Nueva Zelanda, de donde tiene la nacionalidad, Ko se hizo profesional a los 16 años tras haber liderado durante 130 semanas el ranking mundial amateur y haber ganado con el estatus de aficionada nada menos que ¡cuatro torneos profesionales! En abril de 2012, con 15 años y cuatro meses, se convertía en la más joven en ganar un torneo del Circuito Americano Femenino (LPGA Tour) y en agosto de 2013 rompía de nuevo moldes al ser la única amateur en haber triunfado en dos eventos del citado circuito (CN Canadian Women's Open). No cayó en ningún corte de los 25 torneos aprofesionales que disputó como amateur.

También ganó como amateur un torneo del Circuito Europeo Femenino (New Zealand Women’s Open), en febrero de 2013.

Tras su segundo puesto en The Evian Championship, del Grand Slam, en octubre de 2013, decidió que ya había llegado el momento de hacerse profesional.

 

Profesional a los 16

En noviembre de 2013, con 16 años y tras haber sido admitida en el LPGA Tour a pesar de ser menor de edad, disputaba su primer torneo como profesional en ese circuito. Terminó en el puesto 21. "No es frecuente que la LPGA dé la bienvenida a una novata que ya ha sido doble campeona en este Tour," dijo el comisionado Mike Whan cuando se accedió a la petición de Ko de unirse al mejor circuito femenino del mundo.

En abril de 2014 Lydia ganaba su primer torneo del LPGA Tour (Swinging Skirts LPGA Classic) como profesional y el primero en suelo estadounidense. Justo el día que levantaba ese trofeo celebraba su decimoséptimo cumpleaños. En abril conseguía su segundo triunfo (Marathon Classic), y en noviembre rubricaba su excepcional año con victoria en el último torneo de la temporada (CME Group Tour Championship), superando en el cuarto hoyo del desempate a la española Carlota Ciganda y embolsándose medio millón de dólares.

Con esas credenciales, no cabía duda de quién sería elegida Novata del Año: Ko.

En los 26 torneos que ha disputado en 2014 en el LPGA Tour, ha cosechado tres victorias, dos segundos puestos y tres terceros.  Ha sumado 15 top-10 y no ha caído en ningún corte. Ha sido tercera en la lista de ganancias, con algo más de dos millones de dólares, y su resultado medio por ronda ha sido de 70,08 golpes, el quinto mejor de la temporada. Es la número tres en el ranking mundial, solo precedida por Stacy Lewis, que lo lidera, e Inbee Park.

En sus incursiones en el Grand Slam, aparte de su extraordinario segundo puesto en el Evian cuando aún era amateur, en 2013, su mejor resultado ha sido una tercera plaza en el pasado LPGA Championship.

Lydia se inicó en el golf a los cinco años cuando su madre le llevó a un club en Auckland propiedad del profesional Guy Wilson, que sería su entrenador hasta hace un año, cuando lo reemplazó el británico David Leadbetter, también preparador de Michelle Wie.

Wilson, muy decepcionado con la decisión de su pupila, recordaba que cuando la conoció los palos de golf eran demasiado grandes para ella y no sabía lo que era un driver o un putter, “pero ahora posee los uno de los mejores swings del LPGA Tour”.

 

Entre las más influyentes

El abril pasado Ko, que ha firmado un contrato con la potente agencia de representación IMG, fue nombrada por la revista Times como una de las 100 personas más influyentes del mundo.

Annika Sorenstam, la mejor golfista de las dos últimas décadas, ocho veces Jugadora del Año del LPGA Tour, ha dicho de Lydia que tiene un talento excepcional y que es muy madura para su edad y muy querida tanto por sus rivales como por los aficionados al golf. “Ella es responsable del creciente interés en nuestro deporte no sólo en su tierra natal de Corea del Sur y adoptiva de Nueva Zelanda, sino también entre las jóvenes de todo el mundo”.

 

La mayor pasión de Lydia, aparte del golf, es la cocina, y si no fuera golfista, le gustaría trabajar en medios de comunicación, especialmente en televisión. Su única superstición confesada es seguir usando el mismo marcador de bola si le salen las cosa bien en el green. Entre sus hobbies figuran ir al cine, leer y jugar al tenis. Una chica muy normal... fuera del campo de golf. Ahí dentro ya es otra cosa... muy seria.