Fue, al margen de Jordan Spieth y Dustin Johnson, uno de los protagonistas del torneo. El ausraliano Cameron Smith, de 21 años, captó todas las miradas cuando embocó un eagle en el último hoyo de Chambers Bay durante el US Open. Lo materializó con madera 3 desde 265 metros.

Hubiese terminado octavo si llega hacer el par, pero su magistral golpe le encaramó hasta la cuarta posición y le hizo embolsarse 407.000 dólares, 127.000 más que el octavo clasificado. El campeón de llevó 1,8 millones de dólares, 200.000 más que Martin Kaymer cuando ganó el torneo el año pasado porque en esta edición la dotación en premios ha subido de 9 a 10 millones.

Pero la fortuna de Smith no se limita a ese suculento premio que se embolsó, sino que su cuarta plaza en el US Open le abre unas puertas que seguramente le harán ganar mucho más dinero. Aparte de los patrocinios que puede obtener ahora que su fama mediática es mucho mayor, el jugador de Brisbane, Queensland, gracias a su buena actuación en Chambers Bay recibirá invitaciones para disputar el año que viene el Masters de Augusta y el US Open. Además tiene garantizada una plaza fija en el Circuito Americano para la próxima temporada, ya que al día de hoy sus ganancias en el US PGA Tour superan ya el millón de dólares.

Rememorando cómo fue su recibimiento por el público en el hoyo 18, dijo que "fue escalofriante, una locura".

"Estar ahí arriba en un Major”, añadió, “ significa que puedo jugar con los grandes jugadores, así que sólo tengo que seguir haciendo lo que estoy haciendo y espero que todo salga bien”.