Patear es lo suficientemente difícil utilizando un putter reglamentario, pero utilizando un wedge es simplemente ridículo. Eso es exactamente lo que el estadounidense Robert Streb se vio obligado a hacer después de romper su putter a mitad de su recorrido durante el Greenbrier Classic, del Circuito Americano.

Streb estaba a sólo un golpe del líder cuando su putter se rompió contra la base de un árbol después de arrojárselo a su caddie en el noveno hoyo durante la ronda final. Un auténtica calamidad para Streb porque todavía estaba en la pelea por el liderato, a un golpe del líder con nueve hoyos por jugar.

"Quise tirar el putter justo al lado de la bolsa y se golpeó la parte inferior y la cabeza salió volando", explicó.

Un jugador puede sustituir un palo durante una ronda sólo cuando está dañado durante la ejecución de un golpe, por lo que Streb se vio obligado a improvisar, optando por usar su sand wedge como putter.

Lo que parecía ser un desastre para Streb se convirtió en un milagro porque se las arregló para hacer cinco birdies con su improvisado putter en los últimos nueve hoyos para sellar una ronda de 65, cinco bajo par. La increíble vuelta incluyó un magnífico putt de 10 metros en el 13 y un  birdie en el 18 que le sirvió a Streb para igualar a los tres jugadores que iban en cabeza y con los que disputaría un playoff.

Al haber terminado su ronda, Streb pudo cambiar su wedge por un putter para completar el playoff. En un giro aún más extraño del destino, Streb ni siquiera llegó a usar su putter.

Streb perdió el green con su golpe de salida en el primer hoyo de desempate y luego utilizó el wedge para hacer un chip a green. Fue eliminado finalmente cuando sus oponentes de playoff David Hearn y Danny Lee se anotaron sendos birdies antes de que Streb tuviera la oportunidad de patear.

El neozelandés Lee ganó el torneo, su primer triunfo en el PGA Tour.

A pesar de perder el playoff Streb se embolsó 500,000 dólares.