Y hay quien sostiene que el golf no es un deporte peligroso. Que se lo digan al hombre de 76 años al que un golfista que jugaba otro partido le propinó una buena tanda de golpes en el transcurso de una jornada de golf en Queensland, Australia.

La víctima, Brian Lynch, dijo en la vista judicial que había perdido su bola y se había acercado al otro jugador, de nombre David Peter Moriarty, de 47 años, para ver si la había cogido.

Comprobó que no era la suya y permaneció junto a Moriarty, a quien le molestó al parecer que Lynch ‘invadiera’ su espacio. Hubo una discusión y el anciano dijo no recordar cómo le golpeo Moriarty porque no se esperaba el ataque.

Testigos de la agresión dijeron que vieron a los dos hombres discutir acaloradamente antes del contacto físico. Otro jugador que presenció la escena afirmó que Moriarty golpeó al menos dos veces a la víctima, cuyas lesiones incluyeron hematomas y cortes en la cara.

El fiscal dijo que un golpe en la cabeza podría haber acabado con la vida de la víctima y solicitó que el agresor pagase a la víctima una compensación de 1.000 dólares y 150 a cada testigo que asistió a la vista judicial.

El abogado defensor de Moriarty dijo que una sentencia en contra de su cliente sería muy perjudicial porque le causaría muchos problemas a la hora de encontrar trabajo en su sector, la marina mercante.

Los dos protagonistas tienen prohibida su entrada en el club donde se produjeron los hechos, si bien el agredido dijo que se había dado de baja voluntariamente de ese club y se había inscrito en otro.

El juez ha pedido más documentación, por lo que la sentencia aún no ha sido dictada.