En el mes en que el se ha sido para siempre uno de los golfistas más famosos del siglo XX, Arnold Palmer, otro entusiasta sin edad en el otro lado del mundo, en Australia, celebró un aniversario que pocos pueden emular y ofreció algunos consejos sabios sobre la vida. Phillip Pinnell cumplió 100 años una semana antes de que Palmer falleciera a los 87 años y, como es comprensible, le preguntaron cuál es el secreto de su longevidad.

"Me encanta el golf... y me encanta jugar buen golf", dijo al periódico Messenger en Adelaida (Australia del Sur). Pinnell empezó a jugar al golf hace ocho décadas, cuando era un adolescente, y ahora juega al menos una vez a la semana en el campo de golf Glenelg, donde es el socio más antiguo del club. Dijo que ha estado en "bastante buen estado de salud" la mayor parte de su vida.

Veterano de la Segunda Guerra Mundial, Pinnel disfrutó  de su recién estrenado centenario con una celebración de cumpleaños con su familia, que incluye una hija de 63 que también juega al golf y un hjijo de 68, y posteriormente fue agasajado con una fiesta sorpresa por sus compañeros de la residencia de jubilados donde vive.