
Por lo que he podido hablar con algunos directores de campos podría afirmarse que este verano que termina no ha ido mal en cuanto a ocupación se refiere. El Turismo en general ha subido, como siempre, dependiendo de las zonas, y el de golf lo ha hecho también. Aunque hay quien asegura que ha sido el mercado nacional el que más ha fallado.
Y si el verano se ha saldado en positivo las perspectivas para septiembre y el comienzo de la temporada son también halagüeñas. Seguro que hay muchos factores que pueden influir en estas expectativas: conflictos en el norte de África, cierta recuperación de los mercados emisores,que Turquía comience a estar saturada en cuanto a salidas de golf se refiere, etc…
Pero pienso que puede haber otro factor determinante para la «vuelta a casa» de los aficionados europeos, y es que tras experimentar con otros destinos se han dado cuenta que el nuestro puede ofrecer más en muchos aspectos a pesar de que seamos deficitarios en otros. En calidad, servicio y mantenimiento de los campos nos igualan e incluso superan en otras zonas. Lo que no pueden es hacerlo en la oferta complementaria. Después del golf, ¿qué? Aquí hay mucho que hacer. Nadie tendrá que encerrarse en su lujoso hotel a esperar al día siguiente porque fuera no hay nada o casi nada.
La crisis no puede durar eternamente y parece que esta temporada pudiese ser el comienzo de la recuperación para nosotros.
Si sabemos estar a la altura, mejorando en todo (calidad, servicios etc.), o al menos eliminando nuestros defectos, invirtiendo en promoción, arriesgando con inteligencia, sin actitudes pusilánimes, podemos iniciar la senda que de nuevo nos conduzca al éxito, que ya todos sabemos que no es nada fácil ni se regala.
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