Tiger Woods ha reconocido que no ha podido dormir bien a causa de un complicado lapso de tres días durante los cuales rompió su relación con Lindsey Vonn y además coincidió el aniversario de la muerte de su padre.

El domingo pasado, Woods y la campeona olímpica de esquí anunciaron el fin de su relación de tres años debido a una complicada agenda de ambos. Ese día se cumplieron nueve años de que Earl Woods, el padre de Tiger, falleciera.

Woods señala que esa ventana de tres días, del domingo al martes — el aniversario del funeral de su papá — es un período "brutal" para él. Y comentó que el rompimiento con Vonn es un peso adicional.

Señaló que se sintió cansado y fuera de ritmo luego de una ronda de práctica de nueve hoyos en The Players Championship.

Woods ganó el último torneo en el que participó en el TPC Sawgrass, en 2013. El año pasado no participó mientras se recuperaba de una operación en la espalda.

El propósito de Tiger es olvidar cuanto antes su horrible inicio de año, cuando no pasó el corte en Phoenix y se retiró del Farmers Insurance Open. El Masters de Augusta, con un puesto 17 y dos rondas bajo los 70, le ha dado cierto optimismo que ahora quiere seguir alimentando. Su intención es centrarse en el juego y disputar cuantos más torneos mejor, incluidos los tres grandes que restan en la temporada.