No es modesto ni necesita serlo. Rory McIlroy está en lo más alto del podio del golf mundial, y esa posición no la regalan precisamente, sino que es fruto de un arduo trabajo y unos sobresalientes resultados. El jugador norirlandés, en un encuentro con la prensa en los prolegómenos del segundo grande de la temporada, el US Open en Chambers Bay, se ha mostrado muy confiado en su actual estado de forma y en sus posibilidades de cara al torneo.

A sus 26 años y con cuatro majors en su curriculum, McIlroy ha dicho sin remilgos que “creo que soy el mejor jugador del mundo, y obviamente quiero salir cada semana y tratar de demostrarlo”.

El golfista europeo fue preguntado por la estrella del baloncesto LeBron James y dijo: “Si miras los números, puedes ver claramente que es el mejor jugador del mundo. Y supongo que conmigo pasa lo mismo, me siento de la misma manera cuando miro los rankings mundiales y veo mi nombre en lo más alto. Si miras para atrás los últimos cuatro o cinco años, me parece que he ganado más grandes que nadie en ese período”.

A partir de mañana, cuando empiece a rodar el US Open, McIlroy tendrá oportunidad de demostrar que su liderazgo mundial no es fruto del azar. Eso sí, tendrá que lidiar con los mejores rivales del planeta, especialmente con el número dos del mundo, el norteamericano Jordan Spieth, ganador del pasado Masters de Augusta.