El objetivo estaba claro: había que lograr jugar un hoyo de más de 450 metros en menos de un minuto y cincuenta segundos. De lograrlo, se habría batido uno de los récords mundiales registrados en el famoso Libro Guiness, en este caso el que está o estaba en manos del británico Steve Jeffs.

El reto lo iban a afrontar cuatro golfistas de Marbella y el escenario elegido para llevarlo a cabo era el hoyo 10 del Campo Norte del Real Club de Golf Guadalmina, un par 5 de 478 metros, hándicap 2 con un trazado recto en ligera caída y un green protegido por tres bunkers.

Y se pusieron manos a la obra Rubén Holgado, Antonio Arjona, Javier Luque y Manuel Aceña. Los tres primeros son golfistas profesionales y el cuarto, amateur handicap 6,7.

Las premisas para lograrlo eran simples:  llevar una bolsa con al menos cuatro palos y empezar y terminar con los mismos palos, que el hoyo midiera más de 450 metros y golpear siempre con la bola parada. Y correr, correr mucho. El resto se atendría a las mismas reglas de cualquier partido de golf, aunque con la dificultad de hacerlo al sprint.

Y comenzó la carrera contra el cronómetro, y los cuatros la superaron y completaron el hoyo en menos de un minuto y cincuenta segundos. El más rápido fue Holgado, que, con 1:35, rebajó en quince segundos el récord mundial en manos de Jeffs. Luque  completó el hoyo en 1:37; Aceña lo hizo en 1:40 y Arjona lo consiguió en 1:46.

Para que el Libro Guiness de los Récords reconozca esta nueva plusmarca mundial hay que esperar un tiempo. Los cuatro golfistas de Marbella han enviado a esa organización un vídeo sin cortes que recoge toda la escena del recorrido del hoyo y también un certificado del Real Club de Golf Guadalmina que confirma que la distancia del hoyo en cuestión es de más de 450 metros.

Uno de los cuatro protagonistas, Arjona, natural de Sevilla pero afincado en Marbella, donde trabaja en la empresa Holiday Golf, cuenta cómo se les ocurrió intentar batir el récord.

“La idea surgió cuando uno de nosotros vio en Facebook que se había batido ese récord y empezamos a hablar de ello. Nos ‘picamos’ y dijimos que íbamos a batirlo”.

La preparación para superar la plusmarca no resultó nada agotadora. “La verdad es que no hicimos ninguna”, reconoce. “De hecho, nos fuimos los cuatro al campo, elegimos el hoyo y lo que sí hicimos fue varios intentos cada uno, unos tres y otros cuatro. A ninguno nos salió en el primer intento porque las bolas no iban adonde tenían que ir”.

Pero, tras varios itentos, por fin llegó el momento decisivo y cumplieron su objetivo. A la carrera y cargando una bolsa ligera, los cuatro lograron embocar por debajo de un minuto y cincuenta segundos.

Ahora deberán esperar al menos tres meses para que la organización Guinness –si admite como válidas las pruebas aportadas, que son las que solicitó– dé por bueno su récord. Esta vez no tienen ninguna prisa, y mucho menos teniendo en cuenta que si hubiesen querido ser atendidos en sólo unos días para obtener el certificado de la nueva marca tendrían que haber pagado 15.000 euros, cantidad que incluiría un gran despliegue in situ de Guinness World Record. La lentitud, en este caso, tiene su recompensa: no tendrán que desembolsar ni un euro. Sólo se tienen que armar de paciencia.

Dice Arjona que de momento él y sus amigos golfistas no están pensando en batir un nuevo récord, aunque “si aparece alguno por Facebook seguro que nos ‘picamos’ de nuevo”.