El duelo entre los dos primeros del ranking mundial se ha saldado con victoria española. Jon Rahm ha obtenido este domingo su quinta victoria en el PGA Tour después de mantener un espectacular mano a mano con el estadounidense Dustin Johnson resuelto con un putt de ensueño del español. Pero más allá de estos titulares, el BMW Championship dejará una valiosa lección para el resto de golfistas: nunca se puede dar por desahuciado a Jon Rahm, ni siquiera después de un inicio discreto. 

Esta semana Rahm ha dejado una muestra más, la enésima, de que ser un jugador de enorme calidad y talento no está reñido con ser un luchador nato. Es más, ambas cualidades se complementan y hacen de su poseedor un golfista superlativo. Ése es Jon Rahm, una joya no solo para el golf; también para todo el deporte español.

Rahm arrancó la jornada desde la séptima plaza gracias a su magnífica reacción en la tercera manga. Sin embargo, sus opciones de victoria eran remotas: debía volver a ganarle la partida a los exigentes greens de Olympia Fields y, al tiempo, confiar en que ninguno de sus reputados rivales la rompiese.

La primera premisa la cumplió de sobra el español, que despachó la mejor tarjeta del torneo, un sensacional 64 en el que los bogeys no comparecieron. La segunda solo a medias, ya que Dustin Johnson defendió sus opciones con uñas, dientes y su infinita calidad. Este último rasgo le llevó a forzar el play off con un putt en el hoyo 18 de una quincena de metros.

Ojo a este dato que explica muchas cosas: en las últimas dos jornadas Jon Rahm sólo se anotó un bogey, y fue por una penalización como consecuencia de un despiste. Ese nivel de juego en un campo así está a la altura de tres, cuatro golfistas en el mundo.

¿Puede verse a día de hoy en golf algo más espectacular que un play off entre Rahm y Johnson? Los números uno y dos del mundo mirándose a los ojos, retándose. No. Ninguno de los dos se achantó, que diría un castizo, y a cada buen golpe de uno respondió el otro.

Todo parecía encaminarse hacia un segundo hoyo de desempate, pero Rahm todavía se guardaba un as en la manga: un putt de unos veinte metros que parecía imposible. Imposible, a decir verdad, para cualquier golfista ajeno a ese duelo de colosos Rahm vs Johnson, porque para estos dos todo parece asequible.

Rahm dibujó un golpe sutil con una caída perfecta que entraba por el centro del hoyo. Una locura de golpe que precedió a la efusiva celebración del golfista español, tan volcánico en la exhibición de sus emociones positivas como cuando era un ’blumero’ más en el Centro Nacional. No era para menos.

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La tercera ronda lo cambió todo

Su discreto inicio, un 75 el jueves, no solo no desmoralizó al español, sino que le espoleó. La bestia despertó en la tercera, en la que dio un empujón a sus opciones con un 66 que era, en ese momento, la mejor ronda de la semana.

Esa tercera ronda fue excelente para el español, que ascendió hasta la séptima plaza con +2 al total, situándose cerca de la cabeza, si bien contuvo un episodio que le lastró ligeramente: su bogey en el 5 se debió a una penalización por levantar la bola en green sin haberla marcado. “Nunca pensé que me ocurriría algo así en mi carrera profesional, estaría pensando en otra cosa”, lamentó con sinceridad al terminar el día.
Cabe recordar que este ha sido el quinto triunfo de Jon Rahm en el PGA Tour tras los obtenidos en el Farmers Insurance Open de 2017, en el CareerBuilder Challenge de 2018, en el Zurich Classic de 2019 y, por último, en The Memorial Tournament hace un mes y medio.

Rahm se sitúa a menos de una décima de Dustin Johnson en el ranking mundial, por lo que en su próximo torneo el de Barrika podria recuperar el número uno del mundo... con el permiso de su poderoso rival.