Jordan Spieth se llevó mucho más que redención y una chaqueta verde. El prodigio de 21 años entró en el Olimpo de los ganadores de Augusta  con una victoria para el recuerdo.

Un año después que dejó escapar la oportunidad de convertirse en el jugador más joven en consagrarse campeón del Masters, el texano completó una de las actuaciones más avasalladoras vistas en el campo del Augusta National.

Lo más cerca que alguien se le pudo acercar fue a tres golpes tras arrancar en el torneo a todo vapor. No permitió que nadie pudiera ilusionarse con una reacción el domingo.

Spieth firmó una tarjeta de 70 golpes, 2 bajo par, el domingo. Falló un putt para par en el último hoyo que le hubiera permitido establecer otro récord. En cambio, empató con Tiger Woods, con un acumulado de 270, 18 bajo par.

Después de todo lo que se habló en la antesala sobre en Rory McIlroy en procura de redondear un Grand Slam y el retorno de Woods, esta semana sirvió para la irrupción de una nueva estrella.

“Es tremendamente impresionante”, dijo McIlroy tras quedar cuarto. “Es un gusto poder empezar a sumar títulos en los grandes torneos a una edad tan precoz en tu carrera. Es bueno poder presenciarlo, grandioso para el golf, y creo que vendrán muchos más”.

Spieth se convirtió en el primer campeón del Masters en liderar de principio a final el torneo desde Raymond Floyd en 1976, y pudo haber batido el record si no hubiese embocado bogey en el último hoyo. Craig Woods en 1941 es el otro campeón del Masters que sacó ventaja de tres golpes en la primera ronda hasta la ceremonia de entrega de premios.

Phil Mickelson intentó darle caza. Justin Rose hizo otro tanto. Sólo pudieron acercarse a tres golpes, y Spieth siempre supo reaccionar.

Mickelson (69) y Rose (70) compartieron el segundo lugar. Fue la décima vez que Mickelson acabó como segundo en un grande.

Woods se lastimó la muñeca derecha cuando impactó la raíz de un árbol durante el noveno hoyo y cerró con una ronda de 73, con un total de -13, empatado con Sergio García en la decimoséptima posición.

Spieth sumó en Augusta su tercer título en el circuito de la PGA y el quinto a nivel mundial, lo que le asciende hasta el segundo puesto del ranking mundial, si bien todavía a bastante distancia en puntos de McIlroy.

 

El sueño del campeón

“No sé ni cómo me siento”, dijo Spieth tras su victoria. “Estar aquí ha sido siempre el sueño de mi vida. He visto esta ceremonia muchas veces por televisión y siempre deseaba estar aquí algún día. El año pasado fue duro porque tuve que verla después de haber estado muy cerca de ganar el torneo, pero este año lo he conseguido", añadió.

Spieth dijo que el Masters es sólo un paso más en su carrera y que su sueño siempre ha sido alcanzar el liderato mundial. Tras su triunfo en Augusta, es segundo en el ranking mundial detrás de McIlroy. "Mi objetivo ha sido siempre ser número 1 del mundo. McIlroy tiene cuatro Majors, que es algo con lo que yo de momento sólo puedo soñar, pero aspiro a poder alcanzarle algún día", respondió cuando le preguntaron que se puede esperar de él en el futuro.