En el golf existen diferentes terrenos (arena, césped), pero además los mismos pueden presentar diversas características (declive, inclinación, por ejemplo). Esto sin duda condiciona nuestro stance de golf (un pie más arriba que el otro, etc.) a la hora de golpear la bola.

Cuanto más “entrenemos” bajo esas circunstancias, mayores probabilidades de éxito tendremos a la hora de competir. Es por esta razón que incluir también en las sesiones de preparación física estímulos específicos, como entrenar en zonas de arena y/o césped, puede ser interesante. No podemos olvidar que uno de los principios del entrenamiento deportivo es la “especificidad”, que, junto a lo demás, constituye la clave para obtener los mejores resultados.

A su vez, el trabajo en superficies “irregulares” son una potente herramienta para entrenar el “Core Stability”, que, como he comentado en ediciones anteriores, es otro aspecto vital para conseguir un swing de golf consistente y eficaz. Poseer la capacidad de ser “estables” en el momento de golpear la bola sobre un terreno desafiante y ante situaciones diversas es lo que nos va a conducir a un mejor rendimiento.

Y, por último, os aseguro que entrenar al aire libre puede ser muy ameno y una forma de salir del clásico entrenamiento en gimnasio, con lo cual, si tienes esa oportunidad, !no la desaproveches!

A continuación, os dejo dos propuestas en arena y césped, pero recordad que sólo son ejemplos y que los mismos deben ser seleccionados por un profesional según las características de cada jugador.

Ejercicio 1 - ZONA DE CÉSPED

Saltos laterales: Realizar saltos laterales aterrizando en apoyo monopodal. Intenta caer de la manera más estable posible y hazlo además bajando ligeramente el centro de gravedad, como si

quisieras realizar una 1/2 sentadilla a una pierna. Con este ejercicio se trabaja core, glúteos y estabilidad en general Progresión: realizarlos en una parte del terreno con algo de inclinación y/o declive.

Ejercicio 2 - ZONA DE ARENA

Círculos alrededor de la cabeza: En posición de pie y apoyo monopodal, realizar círculos alrededor de la cabeza con un kettlebell, disco o pesa, hacia un sentido y el otro, intentando mantener el cuerpo lo más estable posible. Cambiar de pierna. Trabajamos la movilidad de hombro, glúteo medio principalmente y estabilidad central, pélvica y de tobillo.