El pasado 21 de marzo se descubrió en La Cala Resort una placa conmemorativa en honor del prestigioso diseñador de campos Cabell Robinson, acto al que acudió el propio homenajeado. La placa recogía el reconocimiento por el diseño de los tres campos del resort costasoleño: Asia (1989), América (1992) y Europa (2005). Además se hacía mención en ella de alguno de los otros grandes diseños del mismo mismo arquitecto estadounidense: Finca Cortesín, La Reserva de Sotogrande, Las Colinas, Praia del Rey y Afrodita Hills. En la Costa del Sol cabe destacar también Valle Romano y Santana.


El legado de Cabell está bien presente en el más antiguo de los tres campos del excelente resort de la Costa del Sol. El arquitecto ha conseguido de forma magistral encajar un campo sensacional en una finca muy movida y lograr un recorrido apasionante, muy técnico y con muchas opciones de arrancar un buen resultado en cada hoyo si se escoge la estrategia adecuada.


El campo Asia exige colocar los golpes de salida con acierto para verse recompensados con claras opciones de atacar los greenes. Los hoyos (muy variados) no son largos, pero requieren precisión. Los greenes tienen caídas razonables y muchos de ellos son en alto, por lo que la precisión en los golpes de aproximación será obligada.
El resort de La Cala cuenta con su propio hotel de algo más de 100 habitaciones y su SPA, que hacen que sea una elección perfecta para disfrutar de los campos y de la excelencia que se aprecia en todas las instalaciones y el servicio. Sus cuatro restaurantes, los bares, piscina, pistas de pádel, de tenis y de squash, junto con la Academia de Golf, a pocos minutos de la playa son una opción para disfrutar una escapa fantástica o incluso de una mayor estancia.


La tienda está muy bien surtida y se ubica junto al patio donde se dispone de la enorme flota de buggies cuyo estado es excelente.
El campo Asia es un par 72, no muy largo, con 5.892 metros desde las barras blancas. La mayor diferencia entre barras blancas y amarillas la podemos encontrar en los pares 3.
Los greenes fueron cambiados a hierba bermuda, una apuesta interesante que ya hizo en su día Finca Cortesín. Además de su mejor tolerancia a situaciones de stress hídrico y a aguas con mayor salinidad, hace que no se marquen los piques y que sea más fácil evitar la presencia de malas hierbas. Los greenes pueden ponerse a velocidades endiabladas de cara a una prueba de importancia.
El hoyo 1 es corto, con agua a la derecha, y lo mejor es salir con una madera o un híbrido. Pasa igual en el hoyo 2, ambos tienen greenes en alto que piden que se juegue un palo más de lo que se pueda pensar. Son hoyos que enseñan cómo se debe jugar el campo: prima la precisión frente a la pegada.


El 3 es un par tres corto en bajada, preludio del exigente 4, en el que hay que apuntar algo a la derecha del poste que indica el eje de la calle, sobre todo si se trata de un gran pegador que intenta llegar de uno a green.
En el hoyo 5 debemos advertir del agua a la izquierda en green. El 6 tiene un dogleg bastante fuerte a la izquierda y hay que apoyarse a la derecha. Otra vez un green en alto. Es un hoyo realmente técnico.
El 7 es un par 3 esta vez cuesta arriba con bastantes opciones de birdie.
El siguiente hoyo es un soberbio par 4 con vistas a la casa club. En la salida hay que apuntar a la derecha de los bunkers.
El 9 es un par 5 magnífico en el que hay que salir apuntando a la izquierda para evitar los bunkers y darse una oportunidad incluso de llegar de dos a un green muy bien protegido.
El 10 es un par 5 hándicap 1 del campo en subida con dogleg a la izquierda. Hay que apoyarse por la derecha y colocar bien el segundo golpe para atacar otro green exigente en alto.


El 11, con unas vistas espectaculares, par 3 muy amplio, nos dará muchas opciones de birdie.
El 12 es un hoyazo muy técnico, con agua a la derecha en el green que tiene bunker a la izquierda. El 13 presenta complicaciones, con un green muy defendido a la entrada.
El 14, par 4 corto, es el más corto del campo, al que podría llegar un buen pegador.
En el 15 vuelve a ser recomendable salir con otro palo que no sea el driver, con green de nuevo en alto que pide un palo de más.
El final de la vuelta es una genialidad que combina un fantástico par 5 alcanzable de dos pero con agua a la derecha llegando a green, un par 3 muy corto pero técnico y un par 4 con dogleg a la derecha.
El campo Asia se disfruta mucho e invita a repetir, ya que una vez que se conoce se aprecian aún más sus detalles y se saborea el gran campo que es.

Por Luis Navarro Álvarez