
A los que vivimos en la llamada Costa del Sol Occidental, la ‘otra’ Costa, la de la Axarquía, más allá de Málaga, nos parece como un poco fuera de nuestro alcance, por distancia. Y esto, sin duda, es un gran error, porque las comunicaciones son perfectas y apenas en una hora, desde Marbella por ejemplo, estás en uno de los campos de golf más atractivos de la zona: Baviera Golf.
Es un campo con solera, popular, con una relación calidad-precio que lo hace único. Ignacio Iturbe, un hombre con inquietudes y muy activo, lo dirige con maestría.
Hace muy poco inauguraron su casa club, un clubhouse que roza la perfección: arquitectura, tamaño adecuado, servicios excelentes, etc.
Además de unos vestuarios impecables, cuenta con gimnasio, sauna, jacuzzi, parking subterráneo, lo que está muy bien para el verano, y algo poco habitual: una guardería, de la que se puede disponer con una simple llamada de teléfono.
El restaurante, llevado por una conocida empresa de catering malagueña, es realmente excelente, tanto la carta como el servicio. Ahora, en verano, piensan abrir también por la noche para ofrecer cenas. En principio, los fines de semana y pronto todos los días.
Baviera Golf es también, por otra parte, un hervidero de actividades sociales. Cuentan con una escuela infantil de golf, a la que acuden habitualmente unos setenta niños, y además otra escuela infantil adaptada, para niños con alguna discapacidad que tienen necesidades específicas.
Conocía ya Baviera Golf, pero es un campo que siempre sorprende, que a nadie deja indiferente. El día que elegí para jugarlo, a finales de mayo, era ideal, quizá ya un poco caluroso, pero haciendo el recorrido en buggy no hay problemas.
Me acompaña en la ronda Miguel Ángel Natoli, uno de los dos profesionales con que cuenta Baviera Golf –el otro es su hermano Francisco–. Miguel Ángel trabajó antes en Alhaurín Golf, en Marbella y Alemania, donde estuvo unos quince meses.
Bien pertrechados de agua –el sol caía a plomo–, nos dirigimos al tee del 1.
Éste es un hoyo peculiar. Es un par 4 muy corto, 271 metros desde amarillas, handicap 17 del campo, pero que requiere una salida de precisión porque hace un dogleg muy pronunciado a la derecha.
El truco aquí es tirar al centro de calle con un hierro intermedio, un 7 o un 8, para no perder la calle. Se puede arriesgar con madera o incluso con el driver si se es capaz de forzar el slice, pero lo mejor es la primera opción porque nos quedará un segundo golpe de hierro 9 o máximo 8 a un green amplio con un piano en medio.
El hoyo 2, otro par 4 facilito, de 258 metros, handicap 12, tampoco ofrece excesivas complicaciones. Hay que tener cuidado con irse a la derecha, que es donde está el peligro. La calle es ancha, con un bunker a la izquierda, a la caída del drive, pero es superable por cualquier jugador medio. El segundo golpe quedará a 110 o 120 metros. El green está un poco en alto, protegido por delante por un bunker de hierba. Cuidado si la bandera está a la izquierda porque detrás hay un bunker y se puede complicar el segundo golpe o el de aproximación, aunque el green es bastante amplio.
El 3 es otro par 4 corto, de 288 metros, handicap 18. Es cuesta abajo. El único problema está a la derecha, donde hay fuera de límites. Por la izquierda no hay ningún obstáculo, incluso cabe la posibilidad de apoyarse en la calle del 7, que sube paralela. El segundo golpe quedará muy corto, menos de 100 metros, a un green protegido por un bunker a la izquierda.
El 4, par 5 de 472 metros y handicap 2, es posiblemente el más complicado de la primera vuelta. El secreto de este hoyo radica en jugar la bola estratégicamente. Hay que colocarla de salid apoyándose a la izquierda sin pretender ganar grandes distancias. A la derecha hay fuera de límites. Se puede pegar de salida el driver, madera 3 o incluso un hierro, pero evitando que nos quede un segundo golpe que pueda ir al agua o fuera de límites. No es mala opción jugar al bogey aquí. Para el tercer golpe hay que tener cuidado con el bunker que protege al green y el agua que sigue por la izquierda, que no se ve con claridad. En esa zona, la calle sube ligeramente y hay que dar probablemente un palo más del que pensamos, porque además el viento de Levante casi siempre está en contra.
El hoyo 5 es un par 3 de 149 metros. El golpe de salida no es fácil –el hoyo es handicap 6–, porque el green es uno de los más complicados del campo con muchas caídas: a la izquierda hay olivos y a la derecha, un bunker de hierba, que dificulta el approach dependiendo de dónde esté la bandera. Al frente, el green está protegido por un bunker de arena.
El 6 es un par 5 de 500 metros y handicap 6. Una red evita que vayamos a la derecha. Por la izquierda no hay problemas excesivos. Hay dos bunkers a la caída de drive, pero no es fácil llegar a ellos. El segundo golpe es recto a una calle bastante amplia. El tercero tampoco ofrece muchas complicaciones a un green grande con algunas caídas, protegido por delante por un bunker de hierba, otro de arena y uno más por la izquierda.
En el hoyo 7, par 4 de 280 metros cuesta arriba, hay que tener cuidado a la derecha porque el fuera de límites está próximo y es fácil de caer en él. A la izquierda hay un pequeño montículo de piedras, pero superable por un pegador medio. Se puede dar drive perfectamente. El segundo golpe no será largo, pero es a un green en alto. A la izquierda de este green, de tamaño medio, hay dos bunkers.
El 8 es un par 3 de 140 metros y handicap 16 sin muchas complicaciones. El green, plano y de tamaño medio, está protegido por delante y la izquierda por sendos bunkers.
El último hoyo de la primera vuelta, el 9, par 4 de 320 metros y handicap 4, sí que ofrece más dificultades. Es también en subida, con fuera de límites muy próximo por la derecha. A la izquierda hay agua lateral, además la pendiente de la calle va en esa dirección, por lo que un golpe un poquito cerrado puede acabar en el agua. Al ser un hoyo largo y cuesta arriba, es conveniente salir con driver o madera 3. El green es relativamente pequeño y muy bien protegido por bunkers, como siempre.
La segunda vuelta de Baviera Golf tiene unos hoyos un poco más cortos, en general, que la primera, pero, eso sí, las calles son más estrechas y los greenes más pequeños. El comienzo de esta vuelta impresiona. El 10 es un par 3 de 158 metros y handicap 11 con un gran lago delante. Es el inicio del Amen Corner de este campo (10, 11 y 12).
El tiro a green debe ser preciso porque por delante hay un bunker muy profundo, de cinco o seis metros, o hierba muy alta. Por la derecha hay fuera de límites y al fondo, otro bunker grande. Hay que apoyarse en la izquierda.
El 11 es un par 4 de 283 metros handicap 8. La calle es bastante estrecha. La salvación aquí es ir por la derecha donde la calle hace un recodo que no se ve desde la salida, porque esa zona está oculta por una pequeña colina.
Lo mejor es salir con hierro o madera de calle porque a la caída de drive hay un bunker a la izquierda y por la derecha hay agua lateral en toda la calle. El segundo golpe debe ser preciso, de hierro 7 u 8, con suerte, a un green pequeño rodeado de bunkers.
El 12, par 5 de 519 metros, es el más complicado del campo. No en vano es el handicap 1. Desde el tee hasta el green hay agua lateral por la derecha. En el centro de la calle hay un saliente de la montaña que también condiciona la forma de jugar este hoyo. Esta colina está justo a la caída de drive y deja en esa zona una calle con una anchura de no más de 30 o 40 metros. Es mejor, por tanto, quedarse un poco más corto, donde la calle es más ancha, aunque ligeramente inclinada al agua. En el segundo golpe tampoco hay que ser muy ambicioso, porque el peligro acecha por todas partes. El tercer tiro va a ser un poco largo, pero con menos dificultades, a un green plano rodeado de un par de bunkers.
El 13 es un hoyo más fácil, para compensar. Par 4 de 309 metros, handicap 9, cuesta arriba, permite salir de drive porque la calle es bastante ancha y además podemos apoyarnos en la calle del siguiente hoyo que baja. El único problema es que si no se da un buen golpe de salida el siguiente puede ser ciego a green, que está rodeado por dos bunkers peligrosos.
El 14, par 4 de 265 metros y handicap 7, cuesta abajo, tiene agua delante del green. Es mejor no salir con drive porque se puede llegar al lago. El segundo golpe es cortito pero con la dificultad del lago y un gran bunker tras el green, inclinado hacia el agua, por lo que desde ahí es difícil parar la bola.
El 15, un par 3 de 146 metros, handicap 14, es posiblemente el más bonito del campo.
Tiene vistas a Torre del Mar, al Mediterráneo, a las montañas de la Sierra de Almijara… El tee está en alto y hay un gran lago delante de un green muy amplio con dos bunkers a los lados.
El 16 es un par 4 de 268 metros bastante estrecho. Es preferible no usar el driver porque hay un bunker estratégicamente situado a su caída. El segundo golpe, cuesta arriba, no será complicado con un hierro intermedio. A la derecha de esta calle hay agua y a la izquierda, una montaña.
El 17, par 4 de 372 metros y handicap 3, es otro de los emblemáticos de Baviera Golf. El golpe de salida nos obliga a sobrevolar un lago que impresiona pero es factible. A la caída de driver, la calle hace un ligero dogleg a la izquierda, pero hay una gran plataforma donde dejar la bola. Los pegadores pueden intentar pasar este dogleg y dar un segundo golpe en bajada bastante corto.
Alrededor de green, pequeño y sin grandes caídas, hay bunkers que casi lo rodean. No es fácil, de todos modos, llegar de dos en este hoyo.
El último hoyo del recorrido, un par 4 de 288 metros, también hace un ligero dogleg hacia la izquierda. Se puede utilizar el driver apoyándose en la derecha porque a la izquierda hay fuera de límites y bunkers. El green es grande, con tres pianos, lo que dificulta la elección del palo para el segundo golpe.
Baviera Golf estaba en perfectas condiciones cuando lo jugué. Es un campo divertido que presenta más dificultades de las que pudieran pensarse a primera vista. Por no ser demasiado largo, es un buen examen para el juego corto. Los greenes no son en absoluto fáciles y si están rápidos hay que tener cuidado. Normalmente están en muy buen estado.
Lo bueno de este campo es que siempre se sale con la sensación de poder jugarlo mejor, corrigiendo los errores del último partido en una futura visita, a la que, sin duda, se está obligado.
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