Sus cinco golpes de desventaja a falta de 18 hoyos le hicieron abrigar –a él y a su enfervorizada y numerosa hinchada– la esperanza de volver a saborear las mieles del triunfo, pero al final Tiger se topó con la cruda realidad y no pudo ni siquiera inquietar a los jugadores entre los que dirimió, en playoff, el triunfo. Al final fue Bryson DeChambeau, el jugador que se fabrica sus propios y peculiares palos, el que se impuso a sus dos rivales de desempate: el coreano Byeong Hu Han y el estadounidense Kyle Stanley. DeChambeau, de 24 años, sumaba así su segunda victoria profesional un año después de estrenar su palmarés en el John Deere Classic 201
Tiger no sólo no se acercó a los puestos de honor sino que, con una ronda de 72 golpes, descendió dieciséis puestos en la clasificación y acabó vigésimo tercero.
Destacable fue la actuación del que fuera hasta hace tres meses el amateur número uno del mundo, el chileno Joaquin Niemann, que arrancó el domingo segundo a un golpe, aunque acabó sexto. A pesar de ello, sumó su tercer Top 10 de la temporada y se llevó los encendidos elogios de Tiger Woods.
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