Parecía la semana pasada que el Tigre volvía a rugir cuando estuvo a punto de acabar con sus dos años de sequía victoriosa y casi se imponía en el Open de Australia, donde al final quedó tercero. Unos días después, la autoestima de Tiger Woods debe de andar por los suelos. Y no porque se ha visto las caras con su ex caddie Steve Williams en el campo de golf, sino por su nefasta actuación en la primera ronda de la Presidents Cup, que se está disputando en el Royal Melbourne.

El ex número uno del mundo, emparejado con Steve Stricker en el torneo que enfrenta a Estados Unidos contra una selección del resto del mundo sin Europa, hizo el ridículo más espantoso y registró el peor resultado de su carrera en un partido match play. El tándem norteamericano perdió nada menos que por 7 y 6, o sea, en el hoyo 12 ya había sido derrotado por sus rivales, K.J. Choi y Adam Scott, el nuevo jefe de Steve Williams.

El de Tiger y Stricker fue el peor partido de la jornada inaugural para el equipo norteamericano, que a pesar de ello se puso por delante en el marcador, con una ventaja de 4 puntos a 2.

"Estábamos un poco fuera", dijo Woods. "En un campo de golf como esta, no se necesita mucho."

Ese partido fue la mayor sorpresa en un día de la inauguración que incluyó una gira poco probable pocos, al final,con los estadounidenses que ganan dos fines de reducir a la mitad mitin partidos y dejando a Royal Melbourne con una ventaja de 4-2 sobre el equipo internacional. Woods y Stricker resultaron imbatidos en la anterior edición del torneo, que se disputa cada dos años.

”Por desgracia, nuestros rivales tuvieron un comienzo impresionante y nosotros no pudimos seguir su ritmo”, dijo Woods.