Nació en Marbella aunque a los 6 años volvió a Suecia, donde permaneció hasta los 10. Tras su vuelta, y algunos años después, se trasladó a Estados Unidos con una beca de tenis, pero este deporte no acababa de llenarlo y decidió dejarlo por el golf. A su regreso definitivo a España hizo casi de todo: trabajó en Las Brisas, en decoración, montó una empresa de mantenimiento... hasta que en el 98 decidió crear Golf Service con su hermano Patric. "Al principio”, dice, “vendíamos paquetes de golf y hotel, pero nos dimos cuenta que se vendía mejor el paquete suelto hecho por el cliente". Peter piensa que la Costa del Sol es un destino de primera línea, que no debe asustarse ni amilanarse frente a otros como Turquía o Portugal. "Ofrecemos muchos alicientes que otros no tienen", asegura.
–¿ Qué tal vive un sueco como usted en la Costa del Sol?
–Muy bien, aunque he de decirte que soy tan español como sueco. A mi me gusta el clima de aquí, la gente... Me encanta estar a dos horas para esquiar, me gusta mucho también el mar, poder jugar al golf cuando quiero y un montón de cosas. ¿Qué más se puede pedir? no cambio esto por nada.
–¿Son los que más green fees venden en la Costa?
– Eso dicen... Hay otras empresa muy fuertes, pero nosotros somos líderes, al menos, en esta zona.
–¿Cuantos green fees venden al año?
–Entre cuarenta y cincuenta mil
–¿De dónde vienen sus clientes?
–De muchos países. Tenemos británicos, nórdicos, alemanes, franceses...
–¿Ha notado diferencias entre unos y otros por su procedencia?
– Sí, sí. Los hay que se fijan mucho en la relación calidad-precio, otros que solo miran el precio, los suecos sobre todo, y los que quieren fundamentalmente campos de calidad, como la mayoría de los alemanes.
–¿Cree que hay problemas para mezclar nacionalidades? Es decir, que donde dominan más los británicos los alemanes, por ejemplo, tienen reticencias...
–No, no. Nunca he visto que se hagan guetos excluyentes, que alguien diga no voy ahí porque hay muchos suecos, como en Los Naranjos, por ejemplo, o porque predominen los británicos en tal o cual sitio. Eso no pasa.
–¿Qué opina del nivel de los campos de la Costa del Sol?
–Es muy alto. Más alto que en otros sitios. Te vas a Suecia a jugar un campo cualquiera y, salvo los muy buenos, no ves la calidad media que hay aquí.
–¿Qué deberían hacer los campos para mejorar la relación calidad-precio?
–Servicio. Hay que mejorar el servicio al cliente, y en esto podemos aprender mucho de Estados Unidos. En muchos sitios todavía es el cliente el que tiene que decir hola cuando llega; si no, ni le saludan.
–¿Se atrevería a decirme cuales son sus campos favoritos?
–No. Tengo muchos favoritos pero no te los voy a decir. No quiero que los directores de los demás me estén llamando al día siguiente de leer esto.