Juan José Hidalgo es, además de uno de los empresarios españoles más importantes de las últimas décadas, un gran apasionado del golf. El presidente del holding Globalia está entusiasmado con un megaproyecto turístico y residencial en Estepona, municipio del que ostenta el título de Hijo Adoptivo y donde el año pasado adquirió un campo de golf.

Fue la casualidad la que hizo que Hidalgo (Villanueva del Conde, Salamanca, 1941) comprase Estepona Golf, al encontrarse este campo lindando con la enorme finca donde el empresario salmantino, a través de su sociedad Grupo 1941, desarrollará el mencionado complejo.
Hablamos con él poco antes de que salga a jugar, caminándolo, este bonito campo costasoleño. Hándicap oficial es “22 o 23”, practica su afición a menudo y no participa en competiciones.
“Yo no juego torneos”, dice, “porque juego para caminar, lo hago con amigos y no quiero peleas. Hay amigos que se juegan dinero, pero a mí eso no me gusta: me gusta jugar un café o unas bolas o un guante, cosas de esas, pero me lo paso bien, me encanta”.


–¿Cómo empezó su afición al golf?
–En Salamanca se fundó en 1988 un campo de golf que construyeron unos amigos. Yo no sabía lo que era el golf, pero compré unas acciones y empecé a practicar. En el año 91 me fui a Mallorca con la compañía Air Europa y allí seguí más o menos jugando, jugando siempre mal, porque el golf es muy difícil. Haces un hoyo bien y parece que ya sabes algo, pero en cada golpe hay que hacer siete cosas a la vez acertando todas y no fallando ninguna, porque en cuanto falles una ya no le das bien a la bola. Te engancha, y a mí me ha enganchado porque es el único deporte que hago. Juego todos los días que puedo porque camino y me da el aire, y esto me da vida.
–¿Con qué palo se siente más cómodo?
–Con el putter, en el green. No pateo mal, soy bastante regular. Luego, la salida, y en calle, la madera 3.


–De los campos que ha jugado, ¿cuál le ha gustado más?
–Uno que en parte hice yo: Maioris. En Mallorca había un proyecto para hacer un campo de golf con otros socios, un diseño de Olazábal. Y yo al final hice unos retoques a mi manera. Había (en el diseño original) mucha distancia entre hoyo y hoyo y yo hice un recorte para disminuir esa distancia entre hoyos y que la gente caminara menos. Hoy es un éxito absoluto ese campo.
Yo creo que los campos hay que diseñarlos con arreglo a la gente que juega. Por ejemplo, Estepona Golf es para mí uno de los mejores campos. No es porque sea mío –una de mis sociedades lo compró hace un año–, sino por el diseño.
Muchos de sus hoyos miran al mar y en verano todo es brisa, y es muy difícil encontrar un campo con la vegetación que hay aquí, con más de 1.500 palmeras y más de 2.000 olivos… todo alrededor de cada hoyo es un encanto.
Éste no es un campo para grandes competiciones como Finca Cortesín o Valderrama, más profesionalizados, sino un campo para que el jugador medio, el jugador ya con una edad, pueda disfrutar del golf sin que el campo le genere mucha presión. Este campo para mí es único porque es muy acogedor y divierte hoyo a hoyo. A mí me los campos que me gustan no son los más competitivos, sino los que sean más fáciles de jugar, donde la gente pierda menos tiempo, con salidas fáciles, calles limpias, buen césped, greens adecuados y con pocos obstáculos para no hacer perder tiempo al jugador.


–¿Por qué adquirió Estepona Golf?
–Fue por casualidad. Compré hace 22 años los terrenos de la conocida como Herencia Nadal, 1.500.000 metros cuadrados, para desarrollar un gran proyecto. En ese proyecto no estaba incluido el golf, aunque sí una gran zona deportiva. A esa finca el campo de golf le viene como anillo al dedo porque están lindando, y por este motivo lo compré. Así, sumados los dos terrenos, salen unos 2.300.000 metros cuadrados. Por eso lo compré, y ahora estoy muy satisfecho, sobre todo porque yo creí que el campo de golf me iba a costar dinero y, aunque gastamos bastante en actualizarlo porque no estaba en las mejores condiciones por el tema de la pandemia, ahora tenemos una media de cien jugadores diarios y estamos muy contentos. Es un campo muy bien preparado y que gusta mucho a la gente, que repite.


–¿En qué consiste ese gran desarrollo proyectado junto a Estepona Golf?
–Habrá un gran hotel, apartamentos turísticos, un lago con playa artificial, zona residencial y zona deportiva, además de grandes estudios de grabación para series de televisión y alojamiento de todo el personal de rodaje. Solo para esto último hay destinados 300.000 metros cuadrados. La zona deportiva ocupará 400.000 metros cuadrados y tendrá campos de fútbol, pistas de tenis y pádel, instalaciones cubiertas, etc. La finca tiene 1.500.000 metros cuadrados, y ya están aprobados más de 300.000, la mitad turístico y la mitad residencial.


–¿Qué inversión y qué plazos de ejecución están previstos?
–La idea es empezar este año, y la ejecución completa podría ser una realidad en cuatro o cinco años. Es una inversión muy grande, de casi 1.200 millones de euros.