Angel de la Riva

“El sector del golf necesita que las autoridades lo apoyen todo lo que se merece”

Es consciente Ángel de la Riva de las dificultades que atraviesan muchos campos de golf por culpa de la persistente crisis, pero, aún así, el presidente de la Real Federación Andaluza de Golf se muestra optimista con respecto al futuro del sector. A la hora de buscar responsables de alguno de los males que aquejan a esta ‘industria verde’, el caballero reparte mandobles dialécticos como nadie.

–¿Cómo está respondiendo el sector del golf andaluz ante la crisis?

–Andalucía es muy grande y se dan situaciones diversas. La Costa del Sol está empezando a revivir.

No hay problemas graves en los campos que pertenecen a clubes y hay problemas en los campos comerciales, en unos más y en otros menos. Los campos de gran diseño tienen menos problemas que los que se han hecho, en general, en los últimos veinte años, que lo están pasando mal pero sobreviven.

En la Cádiz atlántica la situación es muy preocupante, peor que en el resto de las provincias. Huelva, dentro de la gravedad, funciona mejor, quizá porque los sevillanos van más hacia la costa onubense o porque hay más golfistas que van desde Portugal. Aunque ahora acaba de surgir un problema porque les han subido el precio del agua a los campos de golf de Huelva. ¿Por qué no le suben el precio al agua para regar fresas, maíz, patatas, naranjas u otros cultivos?

La indignación de De la Riva tiene unos destinatarios bien definidos: “No se puede machacar tanto al golf. Hay una incultura total por parte de las autoridades que creen que el mundo del golf es de señoritos. ¡Déjense de historias! Con el golf ocurre lo mismo que con el fútbol: unos van a tribunas cubiertas con calefacción en invierno y televisión, y otros van a unas gradas más baratas, pero todos van al campo. Pues lo mismo pasa con el golf: hay campos para todas las necesidades y para todos los bolsillos”.

Y continúa el presidente de la RFGA con su análisis de la situación: “Andalucía depende del ocio, del sol, que gracias a Dios los humanos no nos lo hemos cargado todavía. Si en la Costa del Sol llueve, en el norte jarrea. Tenemos que aprovechar esta maravilla de clima. Dejemos que los profesionales vendan nuestros productos turísticos; pues no, en vez de eso, vamos a machacar al emprendedor, al que tiene una empresa y que está luchando por no cerrarla, y ahora mismo hay muchos campos de golf que están pensando en cerrar. Todo esto es preocupante y parece que algunas autoridades no son conscientes de ello”.

Retorna De la Riva a su ‘repaso’ del golf por las provincias andaluzas: “Almería está como siempre, porque históricamente allí se han tenido que bandear por sí mismos, porque tenían malas comunicaciones, estaba dejada de la mano de Dios, y tiene un poder increíble de trabajo, de sacrificio y de idear e inventar. Ahora, con las comunicaciones a través de Murcia, está tirando para adelante. Córdoba igual, Sevilla por el estilo y Jaén tiene el problema de no poder crecer con el potencial que tiene y es una pena porque sólo hay nueve hoyos, en La Garza”. “Además de la crisis”, prosigue, “que ha ralentizado los proyectos de nuevos campos, también hay problemas administrativos serios y no es de recibo que, como ha ocurrido en Lucena, la Junta de Andalucía te diga diez años después de empezar los trámites que tienes que empezar de nuevo. Los inversores, como es natural, se han desilusionado, porque la paciencia tiene un límite, y han disuelto la sociedad, así que no habrá campo de golf en Lucena. Esto es triste, y es mucho más triste que sea además la autoridad la que lo frena.

No deben de ser conscientes de la importancia de un campo de golf, no sólo en el plano deportivo sino también en el económico, con la riqueza y puestos de trabajo que genera, primero su construcción y luego su mantenimiento. Es muy triste, pero las autoridades no apoyan al sector del golf todo lo que se merece”.

–¿Para cuándo cree que Andalucía superará este bache económico y volverán los campos de golf a registrar buenos datos de ocupación?

–Pues cuando salgan del bache los países que constituyen nuestros principales mercados emisores de turistas de golf. Los que se iban a los países árabes se irán a Canarias, los que sobren de Canarias vendrán a Andalucía, aquí hay experiencia turística, tenemos unos campos magníficos, y cuando se recupere la situación económica general volveremos a tener aquí una buena situación. Ya han salido de la crisis Alemania, Holanda, Dinamarca, Inglaterra está empezando a respirar... cuando estos señores tengan dinero para ocio, que es lo primero que se corta, pues volverán a venir a nuestra tierra y jugar al golf porque aquí se está de maravilla.

A mí me da la sensación, y lo digo con toda honestidad, de que Andalucía –y es mi tierra– no tiene consciencia de saber primero lo que tenemos y segundo cómo podemos mejorarlo.

Pensamos que se puede vivir sin esforzarse que a lo mejor llega una subvención, que a lo mejor hay un enchufe, y no sabemos todo el potencial que tiene esta tierra, que para mí, con todos los respetos para el resto, es la primera de España. Si todos los andaluces se pusiera a trabajar en serio por esta tierra, estaríamos a la cabeza del país: ni Madrid ni Sebastopol. Lo mejor, Andalucía, porque tenemos todo: una orografía múltiple, todo tipo de oferta, una riqueza humana increíble, que bien dirigida puede dar muchísimo más de sí... ahora, que si la dirigimos a chupar de la piragua entonces estamos apañados. Y esto me duele, que no aprovechemos todo el potencial que tiene esta tierra.

–¿Qué se debería de hacer en su opinión para atraer a más turistas de golf a Andalucía?

–Hay varias cosas que son claves y que se basan en trasmitir confianza, ilusión, seriedad y profesionalidad. Si haces una oferta y cuando viene el turista no se corresponde con sus expectativas, entonces esa persona sale defraudada y ya no vuelve, y encima hace mala propaganda del destino, y eso vale para todos los sectores: el golf, el hotelero, los restaurantes, los taxis, los chiringuitos... Tenemos que ser buenos profesionales y darle al turista un trato exquisito. En el mundo del golf y del turismo en general tenemos que ser profesionales cien por cien. Hay que ser servicial, que no significa servil, sino servir con esmero y profesionalidad para que el turista esté satisfecho y quiera repetir la experiencia.

Todo el mundo tiene que ser consciente en Andalucía de la importancia del turismo para esta tierra, de todos los puestos de trabajo que genera, que es nuestra primera industria y que nos enfrentamos a una competencia de destinos cada vez mayor. Se acabaron las épocas de las vacas gordas: es el momento de dar lo máximo de nosotros mismos, de ser más competitivos, más productivos para que los turistas se vayan satisfechos y con ganas de volver.

El mundo del golf se mueve mucho por el boca a boca, así que hay que ser serio en lo que se ofrece y dar una calidad acorde con el precio. Hay que tener los pies en la tierra y estar atentos a la evolución de la oferta y la demanda, y sobre todo hay que dar un servicio muy profesional y amable para que el golfista se quede satisfecho.

Los campos, por supuesto, tienen que estar en las mejores condiciones posibles de mantenimiento y presentación. Es un esfuerzo conjunto de todo el personal de un campo.

Hay que sembrar hoy para recoger los frutos mañana, y hasta ahora, por desgracia, estábamos acostumbrados sólo a recoger sin casi sembrar antes. En España, y sobre todo en Andalucía, con las subvenciones, los enchufes, las comisiones y esas cosas tan nefastas se ha hecho mucho daño y no hay concepto del trabajo profesional que tenemos que tener todos para estar a la altura de una tierra tan única como la nuestra.