Considerada la mejor deportista de todos los tiempos, Babe Zaharias vino al mundo en 1914 en Texas con el nombre de Mildred Didrikson. Hija de unos inmigrantes noruegos (su padre fue marinero), destacó en numerosos deportes, no sólo en golf. En 1932 compitió en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, donde ganó tres medallas de oro y estableció tres nuevos record del mundo en pruebas de velocidad y resistencia. Destacó a lo largo de su vida en una veintena de deportes. Su apodo de Babe se lo pusieron en su etapa de jugadora de béisbol (en honor a un gran jugador, Babe Ruth), actividad con la que se ganaba la vida, al igual que con el baloncesto. Fue elegida cinco veces Deportista Femenina del Año.
Su afición por el golf fue tardía, a los 18 años, aunque, una vez que lo probó, practicó este deporte sin descanso. Ganó su primer torneo dos años después, en 1935. Sin embargo, debido a sus ganancias del béisbol y el baloncesto, le fue revocado su status de golfista amateur. No se consideraba a sí misma como una golfista profesional y no participó en el Tour. En 1940 participó en el Western Open, que se adjudicó cuatro veces. Entre 1946 y 47 ganó 17 torneos amateurs seguidos, incluidos el US Womens Amateur y el British Ladies Amateur. Se hizo profesional en 1949 y fue la número uno en el Tour cinco años seguidos. Ganó 31 torneos profesionales, incluidos tres US Women Opens.
La del Open de Los Ángeles de 1945 no fue su primera aparición en el circuito masculino, ya que en 1938 había jugado en ese misma torneo, al que accedió de forma tan simple como rellenar el formulario de participación.
Aunque no pasó el corte, aquel torneo de 1938 fue para ella una exitosa experiencia, y no sólo en el plano profesional, ya que allí conoció a George Zaharias, un luchador profesional de lucha libre que también se dedicaba al golf. Al igual que ella, no pasó el corte y ambos pasaron el fin de semana juntos. Meses más tarde contraían matrimonio.
A Babe le diagnosticaron un cáncer en 1951, a los 36 años. Siguió jugando al golf hasta 1955 y murió un año después, a los 42 años. Su defunción fue portada en los medios de comunicación de todo el mundo. Había muerto la mejor deportista de todos los tiempos.